La Oración

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Satanás no puede vencer a quien ora

El enemigo no puede vencer al humilde alumno de Cristo, al que ora y anda en presencia del Señor. Cristo se interpone entre ambos como un escudo, un refugio, para desviar los ataques del maligno. Se ha prometido lo siguiente: “Porque vendrá el enemigo como río, mas el Espíritu de Jehová levantará bandera contra él”... No hay poder en todo el ejército satánico que pueda desarmar al alma que confía, con sencilla fe, en la sabiduría que desciende de Dios.—Mi vita hoy, 326. Or 108.1

Sin oración incesante y vigilancia diligente, corremos el riesgo de volvernos indiferentes y de desviarnos del sendero recto. Nuestro adversario procura constantemente obstruir el camino al propiciatorio, para que no obtengamos mediante ardiente súplica y fe, gracia y poder para resistir a la tentación.—El Camino a Cristo, 94. Or 108.2

Muchas veces las tentaciones parecen irresistibles, y es porque se ha descuidado la oración y el estudio de la Biblia, y por ende no se pueden recordar luego las promesas de Dios ni oponerse a Satanás con las armas de las Santas Escrituras. Pero los ángeles rodean a los que tienen deseos de aprender cosas divinas, y en situaciones graves traerán a su memoria las verdades que necesitan.—Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 658. Or 108.3

Hay un gran poder en la oración. Nuestro poderoso adversario constantemente procura mantener lejos de Dios al alma turbada. Una súplica elevada al cielo por el santo más humilde es más temible para Satanás que los decretos gubernamentales o las órdenes reales.—Comentario Bíblico Adventista 7:70. Or 108.4