Reflejemos a Jesús

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Hemos de usar sabiamente nuestro tiempo, 29 de septiembre

En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor. Romanos 12:11. RJ 278.1

El talento del tiempo es precioso. Cada día nos es dado en depósito y Dios nos llamará para rendir cuenta de nuestro uso de él. Ha de ser usado para la gloria de Dios, y si queremos prolongar nuestras vidas, si queremos obtener la vida que se mide con la vida de Dios, debemos dar a la mente alimento puro. No se ha de desperdiciar el tiempo que podría ser usado para una buena causa. RJ 278.2

Jesús es nuestra piedra de toque espiritual. El revela al Padre. No se ha de dar como alimento al cerebro nada que presente a la mente algo que empañe u obnubile la Palabra de Dios. No se ha de mostrar una descuidada despreocupación acerca del cultivo del terreno del corazón.—Manuscrito 15, de 1898. RJ 278.3

Del debido aprovechamiento de nuestro tiempo depende nuestro éxito en la adquisición de conocimiento y cultura mental. El cultivo del intelecto no ha de ser impedido por la pobreza, el origen humilde o las condiciones desfavorables. Pero atesórense los momentos. Unos pocos momentos aquí y unos pocos allí, que podrían desperdiciarse en charlas sin objeto; las horas de la mañana tan a menudo desperdiciadas en la cama; el tiempo que pasamos viajando en los tranvías o el tren, o esperando en la estación; los momentos que pasamos en espera de la comida, o de quienes llegan tarde a una cita; si se tuviera un libro en la mano y se aprovecharan estos fragmentos de tiempo en estudiar, leer o en pensar cuidadosamente, ¡cuánto podría realizarse! Un propósito resuelto, un trabajo persistente y la cuidadosa economía del tiempo capacitarán a los hombres para adquirir los conocimientos y la disciplina que los calificarán para casi cualquier posición de influencia y utilidad. RJ 278.4

Es deber de todo cristiano adquirir hábitos de orden, minuciosidad y prontitud... Decidan cuánto tiempo se requiere para hacer una tarea determinada, y entonces dedíquese todo esfuerzo a terminar el trabajo en ese tiempo. El ejercicio de la voluntad hará más diestras las manos.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 278, 279. RJ 278.5

Malgastar el tiempo y despreciar nuestra inteligencia resulta pecaminoso. Perdemos todo momento que dedicamos a nuestros intereses egoístas. Si supiéramos apreciar cada momento y dedicarlo a cosas buenas, tendríamos tiempo para hacer todo lo que necesitamos hacer para nosotros mismos o para los demás. Al desembolsar dinero, al hacer uso del tiempo, de las fuerzas y oportunidades, mire todo cristiano a Dios y pídale que lo dirija.—El Ministerio de Curación, 159. RJ 278.6

Dios concede a los hombres el don del tiempo con el propósito de que lo glorifiquen.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 338, 339. RJ 278.7