Testimonios para la Iglesia, Tomo 1

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El nombre de nuestra denominación

Recibí una revelación acerca de la adopción de un nombre por el pueblo remanente. Se me presentaron dos clases de personas. Una abarcaba las grandes organizaciones cuyos miembros profesan ser cristianos. Estos hollaban la ley de Dios bajo sus pies y se postraban ante una institución papal. Observaban el primer día de la semana como día de reposo del Señor. La otra clase, en la cual había pocas personas, se prosternaba ante el gran Legislador. Observaba el cuarto mandamiento. Los rasgos peculiares y prominentes de su fe eran la observancia del séptimo día y la espera de la aparición de nuestro Señor en el cielo. 1TPI 204.1

El conflicto se desarrolla entre los requisitos de Dios y los de la bestia. El primer día, institución papal que contradice directamente el cuarto mandamiento, ha de ser usado todavía como una prueba por la bestia de dos cuernos. Y entonces la solemne amonestación de Dios declara la penalidad en que incurren los que se postran ante la bestia y su imagen. Beberán el vino de la ira de Dios, que es derramado sin mezcla en la copa de su indignación. 1TPI 204.2

No podríamos elegir un nombre más apropiado que el que concuerda con nuestra profesión, expresa nuestra fe y nos señala como pueblo peculiar. El nombre adventista del séptimo día es una reprensión permanente para el mundo protestante. En él se halla la línea de demarcación entre los que adoran a Dios y los que adoran a la bestia y reciben su marca. El gran conflicto se desarrolla entre los mandamientos de Dios y los requisitos de la bestia. Debido a que los santos guardan todos los Diez Mandamientos, el dragón hace guerra contra ellos. Si arriaran el estandarte y renunciaran a las peculiaridades de su fe, el dragón se aplacaría; pero ellos excitan su ira, porque se atreven a levantar el estandarte y a desplegar su bandera en oposición al mundo protestante que adora la institución del papado. 1TPI 204.3

El nombre adventista del séptimo día presenta los verdaderos rasgos de nuestra fe, y convencerá la mente inquisidora. Como una saeta del carcaj del Señor, herirá a los transgresores de la ley de Dios, e inducirá al arrepentimiento para con Dios y a la fe en nuestro Señor Jesucristo. 1TPI 204.4

Me fue mostrado que casi todo fanático que ha surgido y que desea ocultar sus sentimientos a fin de arrastrar a otros, asevera pertenecer a la iglesia de Dios. Un nombre tal excitaría en seguida sospechas, porque se emplea para ocultar los errores más absurdos. Este nombre es demasiado indefinido para el pueblo remanente de Dios. Provocaría la sospecha de que tenemos una fe que procuramos encubrir. 1TPI 205.1

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