Testimonios para la Iglesia, Tomo 6

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La advertencia final

El mensaje del tercer ángel debe darse con poder. El poder de la proclamación del primer y segundo mensajes debe intensificarse en el tercero. En Apocalipsis Juan se expresa del mensajero celestial que se une al tercer ángel, como sigue: “Después de esto vi a otro ángel descender del cielo con gran poder; y la tierra fue alumbrada con su gloria. Y clamó con voz potente, diciendo: Ha caído, ha caído la gran Babilonia, y se ha hecho habitación de demonios y guarida de todo espíritu inmundo, y albergue de toda ave inmunda y aborrecible”. Apocalipsis 18:1, 2. Corremos el peligro de dar el mensaje del tercer ángel de forma tan indefinida que no impresione a la gente. Se introducen tantos otros intereses que el mismo mensaje que debiera proclamarse con poder; llega a ser débil e ineficaz. Se ha incurrido en una equivocación en nuestros congresos campestres. Se ha presentado el tema del sábado, pero no como la gran prueba para este tiempo. Mientras las iglesias profesan creer en Cristo, están invalidando la ley que Cristo mismo proclamó desde el Sinaí. El Señor nos pide: “Anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado”. Isaías 58:1. La trompeta debe emitir un sonido auténtico. 6TPI 67.1

Cuando tenéis una congregación delante de vosotros por solamente dos semanas, no pospongáis la presentación del tema del sábado, hasta que se presente todo lo demás, suponiendo que con eso preparáis el camino para ello. Elevad las normas, los mandamientos de Dios y la fe de Jesús. Haced esto el tema principal. Luego, mediante vuestros sólidos argumentos, haced de él una fuerza aún mayor. Basaos más en el Apocalipsis. Leed, explicad y poned en práctica sus enseñanzas. 6TPI 67.2

Nuestra lucha es agresiva. Cosas terribles están delante de nosotros; sí, más bien sobre nosotros. Que nuestras oraciones asciendan a Dios para que los cuatro ángeles puedan retener aún los cuatro vientos, que no soplen para hacer daño y destruir, hasta que la última amonestación se haya dada al mundo. Trabajemos entonces en armonía con nuestras oraciones. Que ninguno disminuya la fuerza de la verdad para este tiempo. Nuestra preocupación debe ser la verdad presente. El mensaje del tercer ángel debe cumplir su obra de separar de las iglesias a un pueblo que se sostendrá sobre la plataforma de la verdad eterna. 6TPI 68.1

Nuestro mensaje es de vida o muerte, y debemos permitir que aparezca tal como es: el gran poder de Dios. Debemos presentarlo en toda la fuerza de su expresión. Entonces el Señor lo hará efectivo. Es nuestro privilegio esperar grandes cosas, aún la demostración del Espíritu de Dios. Este es el poder que convertirá el alma. 6TPI 68.2

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Los peligros de los últimos días están sobre nosotros, y en nuestro trabajo debemos advertir a la gente del peligro en que se encuentran. No permitáis que las escenas solemnes que han revelado las profecías sean dejadas sin tocar. Si nuestro pueblo estuviera sólo medio despierto, si se percatara de la cercanía de los acontecimientos descritos en el Apocalipsis, se efectuaría una reforma en nuestras iglesias, y muchos más creerían el mensaje. No tenemos tiempo que perder; Dios nos llama a preocuparnos por la gente como quienes tendrán que rendir cuenta. Llamad la atención sobre nuevos principios e insistid en la verdad inequívoca. Será como una espada de dos filos; pero no os apresuréis a asumir una actitud controversial. Habrá ocasiones cuando tendremos que mantenernos quietos y ver la salvación de Dios. Permitid que hable Daniel, que hable el Apocalipsis, y decid lo que es verdad. Pero, cualquiera que sea el contenido del tema que se presente, elevad a Jesús como el centro de toda esperanza, “la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”. Apocalipsis 22:16. 6TPI 68.3