Testimonios para la Iglesia, Tomo 6

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Las reuniones de alabanza

En los servicios de nuestros congresos campestres debiera haber cantos y música instrumental. Los instrumentos musicales se usaban en los servicios religiosos en la antigüedad. Los adoradores alababan a Dios con arpas y címbalos, y actualmente la música debe tener su lugar en nuestros servicios. Esto aumentará el interés y debiera llevarse a cabo una reunión de alabanza cada día, un servicio sencillo de gratitud a Dios. Si tuviéramos un verdadero sentido de la bondad, la misericordia y la paciencia de Dios, y si de nuestros labios salieran más alabanzas para honrarlo y glorificarlo, existiría mucho más poder en nuestros congresos campestres. Necesitamos cultivar más fervor del alma. El Señor dice: “El que sacrifica alabanza me honrará; y al que ordenare su camino, le mostraré la salvación de Dios”. Salmos 50:23. 6TPI 69.1

La obra de Satanás consiste en lograr que se hable de lo que le concierne a él mismo. Se deleita en lograr que los seres humanos hablen de su poder, de la obra que realiza por medio de los hijos de los hombres. Por el descuido de participar en tales conversaciones, la mente llega a entenebrecerse, a amargarse y a ser desagradable. Podemos convertirnos en canales de comunicación para Satanás, por los cuales fluyan palabras que no llevan calor a ningún corazón. Pero, decidamos que esto no sucederá. Decidamos no ser conductos a través de los cuales Satanás comunicará pensamientos tenebrosos y desagradables. No permitamos que nuestras palabras tengan sabor de muerte para muerte, sino sabor de vida para vida. 6TPI 69.2

En lo que expresamos a la gente y en las oraciones que ofrecemos, Dios desea que demos inequívoca evidencia de que tenemos vida espiritual. No disfrutamos la plenitud de la bendición que el Señor ha preparado para nosotros, porque no pedimos con fe. Si ejerciéramos fe en la Palabra del Dios viviente, tendríamos las más ricas bendiciones. Deshonramos a Dios por nuestra falta de fe; por lo tanto, no podemos impartir vida a otros como sucedería si diéramos un testimonio vivo, alentador. No podemos dar lo que no poseemos. 6TPI 69.3

Si camináramos humildemente con Dios, si trabajáramos en el espíritu de Cristo, ninguno de nosotros llevaría cargas pesadas. Las pondríamos sobre el gran Portador de preocupaciones. Entonces podríamos esperar triunfar en la presencia de Dios, en la comunión de su amor. Desde el comienzo hasta el fin, cada congreso campestre debe ser un festival de amor, porque la presencia de Dios está con su pueblo. 6TPI 70.1

Todo el cielo está interesado en nuestra salvación. Los ángeles de Dios, miles de millares, y diez mil veces diez mil, son comisionados para ministrar a los que serán herederos de salvación. Nos protegen del mal y rechazan nuestra destrucción. ¿No tenemos motivos de agradecimiento en todo momento, aun cuando haya evidentes dificultades en nuestra senda? 6TPI 70.2

El mismo Señor es nuestro ayudador. “Canta, oh hija de Sión; da voces de júbilo, oh Israel; gózate y regocíjate de todo corazón, hija de Jerusalén... Jehová está en medio de ti, poderoso, él salvará; se gozará sobre ti con alegría, callará de amor, se regocijará sobre ti con cánticos”. Sofonías 3:14, 17. Este es el testimonio que el Señor desea que llevemos al mundo. La alabanza debe estar siempre en nuestros corazones y labios. 6TPI 70.3

Tal testimonio influirá sobre los demás. Al procurar alejar a los seres humanos de sus esfuerzos por satisfacer sus deseos para obtener felicidad, debemos mostrarles que tenemos algo mejor que lo que ellos anhelan obtener. Cuando Jesús conversaba con la mujer samaritana, no la reprochó por venir a sacar agua del pozo de Jacob, en cambio le ofreció algo de mucho más valor. En comparación con el pozo de Jacob, Jesús presentó la fuente de agua viva. “Respondió Jesús y le dijo: Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te dice: Dame de beber; tú le pedirías, y él te daría agua viva. La mujer le dijo: Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es hondo. ¿De dónde, pues, tienes el agua viva? ¿Acaso eres tú mayor que nuestro padre Jacob, que nos dio este pozo, del cual bebieron él, sus hijos y sus ganados? Respondió Jesús y le dijo: cualquiera que bebiere de esta agua, volverá a tener sed; mas el que bebiere del agua que yo le daré, no tendrá sed jamás; sino que el agua que yo le daré será en él una fuente de agua que salte para vida eterna. La mujer le dijo: Señor, dame esa agua, para que no tenga yo sed, ni venga aquí a sacarla. Jesús le dijo: Vé, llama a tu marido, y ven acá... No tengo marido... Bien has dicho: No tengo marido”. Juan 4:10-17. 6TPI 70.4

La iglesia necesita una experiencia nueva, viva, de parte de miembros que sostengan comunión habitual con Dios. Testimonios y oraciones áridos, rancios, sin la manifestación de Cristo en ellos, no son de ayuda para el pueblo. Si el que afirma ser hijo de Dios estuviera henchido de fe, luz y vida, ¡qué maravilloso testimonio se daría a los que acuden a escuchar la verdad! ¡Y cuántas almas podrían ganarse para Cristo! 6TPI 71.1