Testimonios para la Iglesia, Tomo 6

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Dietas exageradas

Sé que algunos de nuestros hermanos se oponen tenazmente a la reforma pro salud. Yo misma no apoyo los extremos. Sin embargo, he revisado mis manuscritos y he repasado los claros testimonios que se nos han dado, y las advertencias acerca del peligro que amenaza a nuestro pueblo si imita las costumbres y prácticas del mundo respecto a la satisfacción inmoderada de los deseos, la complacencia del apetito y la vanidad en el vestir. Mi corazón se duele y entristece a causa de la situación actual. Algunos afirman que nuestros hermanos han promovido estos temas con insistencia exagerada. Sin embargo, debido a que algunos han actuado repetidamente de una forma poco discreta, al imponer sus ideas respecto a la reforma pro salud, ¿se atrevería alguien a despreciar la verdad al respecto? Los habitantes del mundo por lo general se encuentran en el polo opuesto, el de la complacencia del apetito y la intemperancia en el comer y el beber, y como resultado las prácticas lujuriosas abundan. 6TPI 373.2

Hay muchos que se prepararon para servir al Maestro, pero ahora están bajo la sombra de la muerte porque descuidaron la sagrada obligación de observar las leyes de la salud. Las leyes del cuerpo humano son realmente leyes de Dios, pero mucha gente lo ha olvidado. Algunos han adoptado una dieta que no puede mantenerlos saludables. No hicieron provisión para sustituir los artículos nocivos por alimentos nutritivos, ni consideraron que la preparación de comidas saludables requiere discreción y creatividad. El organismo debe alimentarse en forma debida para que funcione adecuadamente. Después de eliminar los diversos alimentos perjudiciales, se desvirtuaría la reforma pro salud si se pasara al extremo opuesto de reducir la cantidad y la calidad de los alimentos a un nivel inaceptable. Eso sería deformar, en vez de reformar, la salud. 6TPI 373.3