Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

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La importancia de la obra médica misionera

Hace gran falta un aumento de conocimiento en todos los ramos de la reforma pro salud. Los que han tenido el privilegio de oír la verdad han de darle a la trompeta un sonido certero al proclamar el mensaje del tercer ángel. Han de emprenderse líneas de trabajo especiales, como, por ejemplo, la obra médica misionera. Esta obra deberá llevarse a cabo en relación con el mensaje evangélico para este tiempo. Una labor médica misionera genuina es el evangelio puesto en práctica. Los que no entienden la responsabilidad de realizar esta obra no debieran sentirse autorizados para manejar ninguno de sus aspectos hasta saber la razón por la cual se lleva a cabo. 8TPI 180.2

Declaro resueltamente que el Señor ha provisto grandes beneficios por medio de la obra médica misionera, y que ha usado al médico principal como su agente designado. No todo dentro de la obra médica misionera ha marchado perfectamente. Se han inmiscuido con ella muchos asuntos que han afectado adversamente su carácter sagrado. Pero el Señor tomará cargo de su causa, y se asegurará de que este ramo no se desarrolle desproporcionadamente. La obra no se echará a perder si la iglesia se levanta y resplandece, haciendo evidente que ha venido su luz y que la gloria de Jehová ha nacido sobre ella. 8TPI 180.3

Los obreros médicos misioneros deben estar purificados, santificados y ennoblecidos. Han de alcanzar el punto máximo de la excelencia. Han de ser amoldados y forjados a la semejanza divina. Entonces verán que la reforma prosalud y la obra médica misionera deben unirse con la predicación del evangelio. 8TPI 181.1

La razón por la cual los miembros de iglesia no entienden este ramo de la obra es porque no están siguiendo la luz ni andando paso a paso tras su gran Jefe. La obra médica misionera proviene de Dios y lleva su estampa. Por lo tanto, quítele el hombre las manos de encima y deje de pretender manejarla conforme a sus propias ideas. 8TPI 181.2

Nuestro mensaje es mundial. Y aunque los recursos no deben ser empleados en una sola rama del trabajo, impidiendo que el evangelio sea llevado a nuevos campos, no se debe permitir que la obra médica misionera sea desacreditada en manera alguna. El mundo es un gran lazareto corrompido por sus habitantes, y la miseria es universal. El Señor le ha dado a nuestro médico principal una obra que hacer con el propósito de ayudar a preparar a un pueblo para que esté en pie en el gran día de Dios. Pero él ha de trabajar bajo la supervisión de Dios. Algunos aspectos de su labor necesitan acoplarse y ajustarse más de cerca a los principios del Obrero jefe. 8TPI 181.3