Testimonios para la Iglesia, Tomo 8

78/197

Una norma elevada

“Amarás al Señor tu Dios con todo tu corazón, y con toda tu alma, y con todas tus fuerzas, y con toda tu mente; y a tu prójimo como a ti mismo”. Lucas 10:27. Justamente antes de dejar a sus discípulos y ascender al cielo, Cristo declaró: “Un mandamiento nuevo os doy: Que os améis unos a otros; como yo os he amado, que también os améis unos a otros”. Aquí vemos que la norma es levantada cada vez más en alto. “En esto conocerán todos que sois mis discípulos, si tuviereis amor los unos con los otros”. Juan 13:34, 35. Los discípulos en aquel entonces no podían comprender las palabras de Cristo; pero después de la crucifixión, resurrección y ascensión lograron comprender su amor como nunca antes. Lo habían visto expresado en su agonía en el huerto, en la sala del juicio, y en su muerte sobre la cruz del Calvario. 8TPI 176.3