Obreros Evangélicos

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Venciendo defectos

Ningún hombre debe considerarse calificado para entrar en el ministerio antes de haber vencido por esfuerzos perseverantes todo defecto de pronunciación. Si intenta hablar a la gente sin saber emplear el talento del habla, se perderá la mitad de su influencia, porque tendrá poco poder para cautivar la atención de una congregación. OE 90.3

Cualquiera que sea su vocación, cada persona debe aprender a dominar su voz, de modo que cuando se suscite alguna divergencia, no hable en tono que despierte las peores pasiones del corazón. Demasiado a menudo el que habla y la persona a quien se dirige hablan aguda y duramente. Las palabras dictatoriales, perentorias, pronunciadas en tono duro y áspero, han separado amigos y dado por resultado la pérdida de almas.... OE 90.4

En la reunión de testimonios, hay una necesidad especial de pronunciar clara y distintamente, para que todos puedan oír los testimonios dados y recibir los beneficios de ellos. Se suprimen dificultades y se proporciona ayuda cuando los hijos de Dios relatan su experiencia en la reunión de testimonios. Pero con demasiada frecuencia, los testimonios se pronuncian defectuosa e indistintamente, y es imposible obtener una idea correcta de lo que se dice. Así se pierde a menudo la bendición. OE 91.1

Pronuncien sus palabras debidamente los que oran y los que hablan; háganlo en tono claro, distinto y firme. La oración, si se hace de una manera apropiada, es un poder para el bien. Es uno de los medios empleados por el Señor para comunicar al pueblo los preciosos tesoros de verdad. Pero muchas veces no es lo que debiera ser, por causa de las voces defectuosas de los que la elevan. Satanás se regocija cuando es casi imposible oír las oraciones ofrecidas a Dios. OE 91.2

Aprenda el pueblo de Dios a hablar y orar de una manera que represente apropiadamente las grandes verdades que poseemos. Sean claros y distintos los testimonios dados y las oraciones formuladas. Así será glorificado el Señor. Saquen todos el mejor partido posible del talento del habla. OE 91.3

Dios pide un ministerio más elevado, más perfecto. El queda deshonrado por la pronunciación imperfecta de aquel que, mediante esfuerzos esmerados, podría llegar a ser su portavoz aceptable. La verdad queda demasiado a menudo desfigurada por el conducto por el cual pasa. OE 91.4

El Señor invita a todos los que están relacionados con su servicio a dedicar atención al cultivo de la voz para que puedan anunciar de una manera aceptable las grandes y solemnes verdades que les confió. Nadie desfigure la verdad por una fonación defectuosa. No supongan los que descuidaron de cultivar el talento del habla que se hallan calificados para el ministerio; porque no han obtenido todavía el poder de comunicar sus pensamientos. OE 91.5