Mensajes Selectos Tomo 2

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Nadie necesita ser engañado

Cada uno de nosotros será tentado intensamente; nuestra fe será sometida a prueba hasta un grado máximo. Debemos tener una conexión viva con Dios; debemos ser participantes de la naturaleza divina; entonces no seremos engañados por las invenciones del enemigo, y escaparemos de la corrupción reinante en el mundo a causa de la concupiscencia. 2MS 57.1

Necesitamos estar anclados en Cristo, arraigados y fundados en la fe. Satanás obra mediante sus instrumentos. Elige a los que no han estado bebiendo en las aguas vivas, cuyas almas están sedientas de algo nuevo y original, y que siempre están listos a beber en cualquier fuente que se les ofrezca. Se oirán voces que digan: “Mirad, aquí está el Cristo”, o “Mirad, allí está”; pero no debemos creerlas. Tenemos evidencias innegables de la voz del Pastor verdadero, y él nos está llamando para que le sigamos. Nos dice: “He guardado los mandamientos de mi Padre”. Conduce a sus ovejas por la senda de la obediencia humilde a la ley de Dios, pero nunca las insta a transgredirla. 2MS 57.2

“La voz de un extraño” es la voz del que no respeta ni obedece la ley de Dios santa, justa y buena. Muchos tienen gran pretensión de santidad, y se jactan de las maravillas que realizan sanando a los enfermos, pero al mismo tiempo no toman en consideración esta gran norma de la justicia. ¿Pero mediante el poder de quién se realizan esas curaciones? ¿Están los ojos de unos y otros abiertos a su transgresión de la ley? ¿Y asumen la posición de hijos humildes, obedientes, y listos a obedecer todos los requerimientos de Dios? Juan dice acerca de los hijos profesos de Dios: “El que dice: Yo le conozco, y no guarda sus mandamientos, el tal es mentiroso, y la verdad no está en él”. 1 Juan 2:4. 2MS 57.3

Nadie necesita ser engañado. La ley de Dios es tan sagrada como su trono, y mediante ella será juzgado todo hombre que nace en el mundo. No existe otra norma para probar el carácter. “Si no dijeren conforme a esto, es porque no les ha amanecido”. Ahora bien, ¿se decidirá el caso de acuerdo con la Palabra de Dios, o se dará crédito a las pretensiones humanas? Cristo dice: “Por sus frutos los conoceréis”. Si aquellos por medio de quienes se realizan curaciones están dispuestos—en vista de estas manifestaciones—a excusar su descuido de la ley de Dios, y prosiguen desobedeciendo, aunque tengan poder en todo sentido, tal cosa no significa que posean el gran poder de Dios. Por el contrario, es el poder obrador de milagros del gran engañador. Es un transgresor de la ley moral, y utiliza toda invención posible para enceguecer a los hombres en cuanto a su verdadero carácter. Se nos ha advertido que en los últimos días obrará con señales y maravillas mentirosas. Y continuará esas maravillas hasta que termine el tiempo de gracia, a fin de poder señalarlas como evidencias de que es un ángel de luz y no de las tinieblas. 2MS 58.1

Hermanos, debemos precavernos contra la pretendida santidad que permite la transgresión de la ley de Dios. Los que pisotean esa ley no pueden estar santificados, ni los que se juzgan mediante una norma de su propia invención.—The Review and Herald, 17 de noviembre de 1885. 2MS 58.2