Mensajes Selectos Tomo 2

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Un caso de curación

Se me presentó el caso del pastor ____________. Lo enviaron a buscar de un lugar distante 120 km para que orara por una hermana enferma que pedía su ministerio, siguiendo las enseñanzas de Santiago. Fue a verla y oró por ella fervorosamente, y ella también oró; ella creía que el pastor era un hombre de Dios, un hombre de fe. Los médicos habían pronosticado que moriría de consunción. Pero fue sanada inmediatamente. Se levantó y preparó comida, cosa que no había hecho durante diez años. Pero ese pastor era una persona vil; su vida estaba corrompida; y sin embargo se había realizado una gran obra, y él se atribuyó toda la gloria a sí mismo. 2MS 398.3

Nuevamente me fue presentada la escena mencionada antes. Vi que esa mujer era una verdadera discípula de Cristo, y que su fe había sido lo que la había sanado. Vi las oraciones de ambos: Una era brumosa, oscura y cayó hacia abajo; la otra oración estaba mezclada con luz o con puntitos que me parecían como diamantes, y se elevaba hacia arriba, hacia Jesús, y él la envió a su Padre como un suave incienso; y en respuesta, un rayo de luz fue enviado inmediatamente a la mujer afligida, quien revivió y se fortaleció bajo su influencia. El ángel dijo: “Dios reunirá cada partícula de fe genuina y sincera; serán reunidas como diamantes, y ciertamente producirán una respuesta; y Dios separará lo que es precioso de lo que es vil. Y aunque soporta con paciencia al que es hipócrita y pecador, éste será descubierto finalmente. Y aunque por un tiempo florezca como el laurel junto al que es honrado, no obstante llegará el tiempo cuando se manifestará su locura y será puesto en confusión.—Carta 2, 1851. 2MS 398.4