Mensajes Selectos Tomo 2

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41—Consejos sobre ciertas situaciones conyugales

Un caso en que se justifica un segundo matrimonio

Con respecto al casamiento de su hija con J, comprendo qué es lo que lo preocupa. Pero el casamiento se llevó a cabo con el consentimiento de Ud., y su hija, conociendo todo lo que se refería a él, lo aceptó como su esposo. Por eso ahora no veo ninguna razón por la cual Ud. debería preocuparse excesivamente por este asunto. Su hija ama a J, y puede ser que este matrimonio esté de acuerdo con las disposiciones de Dios a fin de que tanto J como su hija puedan tener una experiencia cristiana más rica, y así reforzar sus puntos débiles. Su hija ha prometido ser la fiel esposa de J y ahora no puede anular sus obligaciones hacia él... Estoy informada personalmente de las relaciones de él con su primera esposa K. J amaba demasiado a K, porque en realidad ella no era digna de su consideración. El hizo todo lo posible por ayudarla, y trató por todos los medios de retenerla como esposa. No podría haber hecho más de lo que hizo. Le supliqué y procuré mostrarle la inconsecuencia de su conducta, y le rogué que no pidiera el divorcio; pero ella se mostró decidida, voluntariosa y obcecada, y quiso hacer su propia voluntad. Mientras vivió con él, procuró sacarle todo el dinero posible, pero no lo trató con la bondad con que una esposa debería tratar a su marido. 2MS 390.1

J no repudió a su mujer. Ella lo abandonó, lo rechazó y se casó con otro hombre. No veo nada en las Escrituras que le prohíba a él volver a casarse en el Señor. Tiene derecho al cariño de una mujer... 2MS 391.1

No puedo ver ninguna razón para interrumpir esta nueva unión. Es un asunto serio separar a un hombre de su esposa. No hay un fundamento bíblico para respaldar tal acción en este caso. El no la abandonó, sino que fue ella quien lo dejó. No volvió a casarse hasta que ella obtuvo el divorcio. Cuando K se divorció de J, el sufrió intensamente, y J no volvió a casarse hasta que K se hubo casado con otro hombre. Estoy segura de que la mujer que él ha elegido será de ayuda para él, y que él también será de ayuda para ella... No veo nada en la Palabra de Dios que requiera que ella se separe de él. Como Ud. ha pedido mi consejo, se lo doy sin reserva.—Carta 50, 1895. 2MS 391.2