Mensajes Selectos Tomo 2

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El duerme en Jesús

En ocasión de la muerte de un esposo y padre

MI QUERIDA Y AFLIGIDA HERMANA,

Me aflijo con Ud. a causa de su dolor. Aunque no esperaba volver a encontrar a su esposo en esta vida, sin embargo me han entristecido las noticias de su muerte y el conocimiento de las pesadas responsabilidades que Ud. deberá llevar en el cuidado de su familia. Simpatizamos con Ud. y oraremos con frecuencia por Ud. y sus hijos. Su esposo duerme en Jesús. “Escribe: Bienaventurados de aquí en adelante los muertos que mueren en el Señor. Sí, dice el Espíritu, descansarán de sus trabajos, porque sus obras con ellos siguen”. Apocalipsis 14:13. 2MS 302.2

El Padre ama a todos los que creen en la verdad y que obran de acuerdo con ella, como miembros de ese cuerpo del cual Cristo constituye la cabeza. Ud. ahora puede sentarse bajo la sombra de Cristo y así obtendrá su paz. Piense en Cristo. Contémplelo con fe, y crea en sus promesas. No pierda la confianza. El será su apoyo. Reclínese sobre él y dependa de él. No se aflija excesivamente, sino reanímese, porque una pesada carga descansa sobre Ud. Confíe en Aquel cuyo brazo nunca le fallará. 2MS 302.3

He perdido a mi esposo, y sé por experiencia cuál es su aflicción. Pero Ud. se reanimará contemplando a Jesús. Ojalá cada día tenga Ud. la bendición del Señor. Mi querida hermana, que el Señor la bendiga y la sostenga. 2MS 303.1

Ya está demasiado oscuro para seguir escribiendo, de modo que le diré buenas noches. Esté tan gozosa como pueda por el bien de sus hijos.—Carta 167, 1905. 2MS 303.2

QUERIDOS NIÑOS,

Debo escribiros unas pocas líneas. Quisiéramos ir a vuestra casa y llorar con vosotros y arrodillarnos con vosotros en oración. ¿Quiere cada uno de vosotros buscar al Señor y servirle? Podéis ser una gran bendición para vuestra madre al no hacer ninguna cosa que la aflija. El Señor Jesús os recibirá si le entregáis vuestros corazones. Haced todo lo que sea posible para aliviar a vuestra madre de las preocupaciones y las tareas. 2MS 303.3

El Señor ha prometido ser un padre para los huérfanos. Si le entregáis vuestros corazones, él os dará poder para llegar a ser hijos e hijas de Dios. Si los hijos mayores alivian a la madre realizando todas las tareas que les sea posible, tratando con bondad a sus hermanos menores y enseñándoles a hacer el bien y a no preocupar a su madre, el Señor los bendecirá mucho. 2MS 303.4

Entregad vuestros corazones al Salvador amante, y haced únicamente las cosas que le agradan. No hagáis nada que aflija a vuestra madre. Recordad que el Señor os ama, y que cada uno de vosotros puede llegar a ser un miembro de la familia de Dios. Si sois fieles aquí, cuando él venga en las nubes de los cielos, volveréis a encontrar a vuestro padre, y volveréis a constituir una familia unida. 2MS 303.5

Con todo amor.—Carta 165, 1905. 2MS 304.1