Mensajes Selectos Tomo 2

139/227

Que el señor sea su consuelo

En ocasión de la muerte de un esposo

QUERIDA HERMANA,

Acabo de recibir una carta de la Hna. G, en la que me informa acerca de su aflicción. Simpatizo profundamente con Ud., hermana mía. Si pudiera visitarla, lo haría... 2MS 304.2

Quiero decirle, hermana, que el Señor no desea que Ud. sea postrada por el dolor. Su esposo vivió con Ud. muchos años más de los que yo había supuesto que viviría. Dios le prolongó la vida con misericordia, y después de sus sufrimientos misericordiosamente lo hizo dormir en Jesús... Su esposo y mi esposo descansan. Ya no experimentan más dolor ni sufrimientos. Ahora descansan. 2MS 304.3

Siento, hermana mía, que Ud. tenga aflicción y dolor. Pero Jesús, el precioso Salvador, vive. Vive para Ud. No se preocupe, sino que confíe en el Señor. Recuerde que ni un gorrión cae a tierra sin que lo advierta el Padre celestial... 2MS 304.4

Hermana mía, consuélese en el Señor. “Puesto que Cristo ha padecido por nosotros..., vosotros también armaos del mismo pensamiento”. 1 Pedro 4:1. La insto a que en su sufrimiento afirme su alma en Dios. El Señor será su ayuda, su fortaleza y su consuelo. Por lo tanto mire hacia él y confíe en él. Debemos recibir nuestro consuelo de Cristo. Aprenda en su escuela su mansedumbre y humildad de corazón. Que cada palabra que Ud. pronuncia demuestre que reconoce la bondad, la misericordia y el amor de Dios. Decídase a ser un consuelo y una bendición para todos en su hogar. Cree una atmósfera agradable, pura y celestial. 2MS 304.5

Abra las ventanas del alma hacia arriba y deje que penetre en ella la luz del Sol de Justicia. No se queje. No se lamente ni llore. No mire el lado oscuro de las cosas. Que la paz de Dios reine en su alma. Entonces tendrá fortaleza para soportar todos sus sufrimientos, y se regocijará porque tendrá gracia para llevarlos. Alabe al Señor; hable de su bondad; refiérase a su poder. Torne agradable la atmósfera que rodea su alma. 2MS 304.6

No deshonre a Dios mediante expresiones de queja, sino alábelo de corazón, alma y voz. Contemple el lado iluminado de todas las cosas. No introduzca una nube ni una sombra en su hogar. Alabe al que es la luz de su rostro y su Dios. Hágalo y verá que las cosas tanscurren fácilmente. 2MS 305.1

Cariños para Ud. y su hija.—Carta 56, 1900. 2MS 305.2