La Historia de la Redención

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Los Filisteos toman el Arca

“Aconteció que cuando el arca del pacto de Jehová llegó al campamento, todo Israel gritó con tan gran júbilo que la tierra tembló. Cuando los filisteos oyeron esa voz de júbilo, dijeron: ¿Qué voz de gran júbilo es ésta en el campamento de los hebreos? Y supieron que el arca de Jehová había sido traída al campamento. Y los filisteos tuvieron miedo, porque decían: Ha venido Dios al campamento. Y dijeron: ¡Ay de nosotros! Pues antes de ahora no fue así. ¡Ay de nosotros! ¿Quién nos librará de la mano de estos dioses poderosos? Estos son los dioses que hirieron a Egipto con toda plaga en el desierto. Esforzaos, oh filisteos, y sed hombres, para que no sirváis a los hebreos, como ellos os han servido a vosotros; sed hombres, y pelead. Pelearon, pues, los filisteos, e Israel fue vencido, y huyeron cada cual a sus tiendas; y fue hecha muy grande mortandad, pues cayeron de Israel treinta mil hombres de a pie. Y el arca de Dios fue tomada, y muertos los dos hijos de Elí, Ofni y Finees”. HR 190.2

Los filisteos creían que esta arca era el dios de los israelitas. No sabían que el Dios viviente, creador de los cielos y la tierra, y que dio su ley en el Sinaí, enviaba prosperidad y adversidad de acuerdo con la obediencia o la transgresión a su santa ley que estaba dentro del arca sagrada. HR 191.1

Hubo una gran mortandad en el pueblo de Israel. Elí estaba sentado junto al camino, esperando con corazón tembloroso las noticias procedentes del ejército. Temía que el arca de Dios pudiera ser tomada y contaminada por la hueste filistea. Un mensajero procedente del ejército corrió hasta Silo e informó a Elí que sus dos hijos habían muerto. Pudo soportar esa noticia con cierta calma, porque tenía razones para esperarla. Pero cuando el mensajero añadió: “Y el arca de Dios ha sido tomada”, Elí se tambaleó angustiado sobre su silla, cayó de espaldas y murió. Participó de la ira de Dios que descendió sobre sus hijos. Era en gran medida culpable de sus transgresiones, por su criminal negligencia al no mantenerlos en sujeción. La toma del arca de Dios por parte de los filisteos se consideró la mayor calamidad que podría sobrevenir a Israel. La esposa de Finees, que estaba por dar a luz, llamó Icabod a su hijo diciendo: “Traspasada es la gloria de Israel; porque ha sido tomada el arca de Dios”. HR 191.2