La Historia de la Redención

156/232

Capítulo 39—El ministerio de Pedro

Este capítulo está basado en Hechos 9:32 a 11:18.

Pedro, al proseguir sus tareas, visitó a los santos de Lida. Allí curó a Eneas, que había quedado confinado en su lecho por ocho años por causa de una parálisis. “Eneas, Jesucristo te sana; levántate, y haz tu cama. Y en seguida se levantó. Y le vieron todos los que habitaban en Lida y en Sarón, los cuales se convirtieron al Señor”. HR 294.1

Jope estaba cerca de Lida, y en ese entonces Tabita -la traducción de cuyo nombre es Dorcasyacía allí muerta. Había sido una digna discípula de Jesucristo, y su vida se había caracterizado por actos de caridad y bondad en favor de los pobres y de los dolientes, y por su celo en la causa de la verdad. Su muerte constituía una gran pérdida. La iglesia naciente no podía prescindir de sus nobles esfuerzos. Cuando los creyentes se enteraron de las maravillosas curaciones efectuadas por Pedro en Lida, manifestaron su intenso deseo de que viniera a Jope. Se enviaron mensajeros para solicitar su presencia allí. HR 294.2

“Levantándose entonces Pedro, fue con ellos; y cuando llegó, le llevaron a la sala, donde le rodearon todas las viudas, llorando y mostrando las túnicas y los vestidos que Dorcas hacía cuando estaba con ellas”. Pedro solicitó que sus amigas, que lloraban y clamaban, salieran de la habitación. Se arrodilló entonces y oró fervientemente a Dios para que restaurara la vida y la salud al cuerpo inerte de Dorcas; “y volviéndose al cuerpo, dijo: Tabita, levántate. Y ella abrió los ojos, y al ver a Pedro, se incorporó. Y él, dándole la mano, la levantó; entonces, llamando a los santos y a las viudas, la presentó viva”. Esta gran obra de traer a la vida a esta muerta fue el medio por el cual muchos se convirtieron en Jope a la fe de Cristo. HR 294.3