Testimonios Selectos Tomo 4

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Las primicias

Además del diezmo, el Señor exige las primicias de todas nuestras ganancias. Se las ha reservado a fin de que su obra en la tierra pueda ser sostenida ampliamente. Los siervos del Señor no han de verse limitados a una mísera pitanza. Sus mensajeros no han de ser estorbados en su obra de presentar la palabra de vida. A medida que enseñan la verdad, deben tener recursos que invertir en el adelantamiento de la obra que debe ser hecha al debido tiempo, a fin de ejercer la influencia mejor y más poderosa para salvar. Deben realizarse acciones de misericordia; debe ayudarse a los pobres y dolientes. Debe haber donativos y ofrendas apropiadas para este propósito. Especialmente en los campos nuevos, donde nunca se ha enarbolado el estandarte de la verdad, debe hacerse esta obra. Si todos los que profesan ser hijos de Dios, tanto ancianos como jóvenes, cumpliesen su deber, no habría escasez en la tesorería. Si todos pagasen un diezmo fiel, y dedicasen a Dios las primicias de sus ganancias, habría abundante provisión de recursos para su obra. Pero la ley de Dios no es respetada ni obedecida, y esto ha ocasionado una necesidad apremiante. 4TS 389.4