Nuestra Elevada Vocacion

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Nuestra única seguridad, 19 de enero

El temor del hombre pondrá lazo: mas el que confía en Jehová será levantado. Proverbios 29:25. NEV 27.1

Estaréis a salvo únicamente mientras confiéis en Dios. Tenemos un enemigo vigilante a quien combatir. ... El [Cristo] vió que no era posible para el hombre vencer al poderoso enemigo mediante su propia fortaleza, y por lo tanto vino en persona, desde las cortes del cielo y soportó en bien del hombre las pruebas que Adán no había logrado soportar. ... Cristo venció a Satanás haciendo posible para el hombre vencer por sí mismo, en el nombre de Cristo. Pero la victoria puede ganarse únicamente en el nombre de Cristo, y mediante su gracia. Cuando estéis cargados, oprimidos por la tentación, cuando los sentimientos y los deseos del corazón natural estén clamando por la victoria, la oración sincera, ferviente e importuna en el nombre de Cristo, trae a Jesús a vuestro lado como un ayudador, y mediante su nombre obtenéis la victoria, y Satanás es vencido. ... NEV 27.2

Os imploro que confiéis plenamente en Dios. “Resistid al diablo, y de vosotros huirá. Allegaos a Dios, y él se allegará a vosotros”. Santiago 4:7, 8. La vida del cristiano es una vida de conflicto, de negación de sí mismo y de conquista. Es una marcha y una batalla continuas. Cada acto de obediencia a Cristo, cada victoria obtenida sobre el yo, es un paso en la marcha hacia la gloria y la victoria final. Tomad a Cristo por vuestro guía y él os conducirá todo el camino a salvo. La senda puede ser áspera y espinosa, y la cuesta puede ser empinada, requiriendo mucho trabajo. Podrá ser necesario que continuéis adelante aún estando cansados, cuando anheláis el reposo. Podréis tener que luchar cuando estéis desfallecientes, y tener esperanza cuando estéis desanimados, pero con Cristo como vuestro guía, no podéis perder el camino de la vida inmortal. No podéis fracasar en alcanzar el elevado asiento al lado de vuestro guía, cuyos propios pies recorrieron el áspero camino antes que vosotros, emparejando el camino para vuestros pies. Si seguís tras el orgullo y la ambición egoísta, encontraréis placentero al principio vuestro camino, pero el final es dolor y tristeza. Podéis seguir tras el egoísmo, que puede prometeros mucho, pero finalmente envenenará y amargará vuestra vida. Hay seguridad en seguir a Cristo. El no permitirá que los poderes de las tinieblas dañen un solo cabello de vuestra cabeza. Confiad en vuestro Redentor, y estaréis a salvo.—Carta 1b, 1873, pp. 1-3. NEV 27.3