Mensajes Selectos Tomo 1

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Recibiendo e impartiendo la luz

Puesto que se han hecho frecuentemente preguntas en cuanto al estado en que estoy durante la visión y después de que salgo de ella, diré que cuando el Señor cree oportuno dar una visión, soy llevada a la presencia de Jesús y de los ángeles y estoy completamente perdida en cuanto a las cosas terrenales. No puedo ver más allá de lo que los ángeles me señalan. Mi atención con frecuencia es dirigida a escenas que suceden en la tierra. 1MS 41.1

A veces soy llevada muy lejos en lo futuro, y se me muestra lo que ha de suceder. Luego otra vez se me muestran cosas que han ocurrido en lo pasado. Después de que salgo de la visión, no recuerdo inmediatamente todo lo que he visto y el asunto no es tan claro delante de mí hasta que escribo. Entonces la escena surge delante de mí como fue presentada en visión y puedo escribir con libertad. A veces las cosas que he visto están ocultas de mí después que salgo de la visión y no puedo recordarlas hasta que soy llevada delante de una congregación donde se aplica la visión. Entonces vienen con fuerza a mi mente las cosas que he visto. Dependo tanto del Espíritu del Señor para relatar o escribir una visión como para tenerla. Es imposible que yo recuerde cosas que me han sido mostradas a menos que el Señor las haga surgir delante de mí en el momento que a él le place que yo las relate o escriba Spiritual Gifts 2:292, 293 año 1860. 1MS 41.2

Aunque dependo tanto del Espíritu del Señor para escribir mis visiones como para recibirlas, sin embargo las palabras que empleo para describir lo que he visto son mías, a menos que sean las que me habló un ángel, las que siempre incluyo entre comillas.—The Review and Herald, 8 de octubre de 1867. 1MS 41.3

Se levanta la pregunta: ¿Cómo sabe la Hna. White en cuanto a los asuntos de los cuales habla tan decididamente, como si tuviera autoridad para decir esas cosas? Hablo así porque brillan en mi mente, cuando estoy en perplejidad, como un relámpago que sale de una nube oscura en la furia de una tormenta. Algunas escenas que fueron presentadas ante mí hace años, no han sido retenidas en mi memoria, pero cuando es necesaria la instrucción entonces dada, a veces, aun cuando estoy delante de la gente, el recuerdo viene nítido y claro, como el destello de un relámpago, que me hace recordar claramente esa instrucción particular. En tales ocasiones, no puedo menos que decir las cosas que refulgen en mi mente, no porque haya tenido una nueva visión, sino porque aquélla que me fue presentada quizá hace años ha sido llevada a mi mente con fuerza.—The Writing and Sending Out of the Testimonies [La redacción y distribución de los testimonios], 24. 1MS 42.1