La Voz: Su Educación y Uso Correcto

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Capítulo 40—La pureza del lenguaje

Labios tocados por el Señor—A aquellos que hacen una consagración tan completa que el Señor pueda tocar sus labios, se dirige la palabra: Id al campo de la mies. Yo cooperaré con vosotros. VEUC 243.1

El ministro que haya recibido esta preparación será una potencia para bien en el mundo. Sus palabras serán palabras rectas, veraces y puras, llenas de simpatía y amor; sus acciones serán acciones justas, de ayuda y bendición para los débiles. Cristo estará presente en él, rigiendo sus pensamientos, palabras y hechos.—Obreros Evangélicos, 23. VEUC 243.2

La circunspección en la palabra y los hechos—En particular aquellos hombres que han sido honrados por el cometido del Señor, aquellos a quienes ha sido dado un servicio especial que cumplir, deben tener circunspección en sus palabras y hechos. Deben ser hombres de consagración, que, por obras de justicia y palabras puras y veraces, puedan elevar a sus semejantes a un nivel más alto.—Obreros Evangélicos, 130. VEUC 243.3

Palabra de purificación por el Espíritu Santo—Es la compañía del Espíritu Santo de Dios, lo que prepara a los obreros, tanto hombres como mujeres, para convertirse en pastores del rebaño de Dios... Ellos practicarán la verdadera cortesía cristiana, teniendo en mente que Cristo, su Compañero, no puede aprobar las palabras o los sentimientos duros y faltos de bondad. Sus palabras serán purificadas. El poder del habla será considerado como un talento precioso, prestado a ellos para realizar una labor santa y superior. El agente humano aprenderá a representar al Compañero divino con el cual está asociado. A ese Santo invisible le demostrará respeto y reverencia porque está llevando su yugo y está aprendiendo sus métodos puros y santos. Los que tengan fe en este divino Acompañante, se desarrollarán. Serán dotados de un poder para dar expresión al mensaje de la verdad con toda su sagrada belleza.—Testimonies for the Church 6:322. VEUC 244.1

Palabras sabias y santas—Cuando la voz del Señor dice: “¿A quién enviaré? ¿Quién irá de nuestra parte?” el Espíritu divino pone en los corazones la respuesta: “Aquí estoy, envíame a mí”. Isaías 6:8. Pero tengan presente, que un carbón vivo del altar debe primero tocar sus labios. Entonces las palabras que hablen serán palabras sabias y santas. Entonces tendrán la sabiduría, para saber lo que deben o no deben decir. No tratarán de revelar su habilidad como teólogos. Tendrán cuidado de no despertar un espíritu combativo o excitar el prejuicio, introduciendo puntos controversiales de doctrina. Encontrarán suficiente de qué hablar que no levante oposición, sino que abra el corazón para desear un conocimiento más profundo de la Palabra de Dios.—Testimonies for the Church 6:325. VEUC 244.2

No deben decirse palabras al azar—Los representantes de Dios en la tierra debieran estar en comunión diaria con él. Sus palabras debieran ser seleccionadas, su discurso acertado. Las palabras al azar, usadas con frecuencia por ministros que no predican el evangelio con sinceridad, debieran ser desechadas para siempre.—Testimonies for the Church 2:707. VEUC 245.1

Los discursos deben ser acertados—Conviene a cada ministro de Cristo usar palabras acertadas, que no puedan ser condenadas.—Testimonies for the Church 2:709. VEUC 245.2

La preparación de los estudiantes como oradores públicos—Los estudiantes deben estar calificados, para hablar de manera aceptable delante de las congregaciones; y por lo tanto, deben instruirse a sí mismos para usar un lenguaje puro y sencillo, y seguir los mejores métodos de la oratoria. Debe prestarse mucha atención a la práctica de leer con una voz clara y profunda, y una pronunciación precisa, dando a cada palabra el énfasis debido... VEUC 245.3

Todos pueden comunicar, si quieren, las sencillas pero grandiosas verdades en relación con la misión y la obra de Cristo. Si buscan diariamente al Señor en oración ferviente, entenderán cómo ir al encuentro de la gente como lo hacía Cristo, adaptando la instrucción a sus variadas circunstancias y comprensión. Las lecciones espirituales, en relación con el reino de Dios, deben ilustrarse por las cosas naturales con las que sus oyentes están familiarizados. Entonces, a medida que se ven día tras día estos objetos naturales, la lección de verdad se repetirá en la mente.—The Review and Herald, 4 de octubre de 1898. VEUC 246.1