La Voz: Su Educación y Uso Correcto

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Capítulo 36—La importancia de la salud en general

Sangre buena y pulmones saludables—Para tener buena sangre debemos respirar bien. Las inspiraciones hondas y completas de aire puro, llenan los pulmones de oxígeno, purifican la sangre, le dan brillante coloración, y la impulsan, como corriente de vida, por todas partes del cuerpo. La buena respiración calma los nervios, estimula el apetito, hace más perfecta la digestión, y produce sueño sano y reparador. VEUC 211.1

Hay que conceder a los pulmones la mayor libertad posible. Su capacidad se desarrolla mediante el libre funcionamiento; pero disminuye si se los tiene apretados y comprimidos. De ahí los malos efectos de la costumbre tan común, principalmente en las ocupaciones sedentarias, de encorvarse al trabajar. En esta posición es imposible respirar hondamente. La respiración superficial se vuelve pronto un hábito, y los pulmones pierden la facultad de dilatarse. Se produce un efecto semejante al apretarse el corsé. No se da entonces espacio suficiente a la parte inferior del pecho; los músculos abdominales, destinados a ayudar a la respiración, no tienen libre juego, y se limita la acción de los pulmones. VEUC 211.2

Así se recibe una cantidad insuficiente de oxígeno. La sangre se mueve perezosamente. Los productos tóxicos del desgaste, que deberían ser eliminados por la respiración, quedan dentro del cuerpo y corrompen la sangre. No sólo los pulmones, sino el estómago, el hígado y el cerebro, quedan afectados. La piel se pone cetrina, la digestión se retarda, se deprime el corazón, se anubla el cerebro, los pensamientos se vuelven confusos, se entenebrece el espíritu, el organismo entero queda deprimido e inactivo, y particularmente expuesto a la enfermedad.—El Ministerio de Curación, 206, 207. VEUC 212.1

La provisión constante de aire puro para los pulmones—Los pulmones eliminan continuamente impurezas, y necesitan una provisión constante de aire puro. El aire impuro no proporciona la cantidad necesaria de oxígeno, y entonces la sangre pasa por el cerebro y demás órganos, sin haber sido vivificada. De ahí que resulte indispensable una ventilación completa. Vivir en aposentos cerrados y mal ventilados, donde el aire está viciado, debilita el organismo entero, que se vuelve muy sensible al frío, y enferma a la menor exposición al aire.—El Ministerio de Curación, 207. VEUC 212.2

El oxígeno en los pulmones—Es de suma importancia para la salud, que el pecho disponga de sitio suficiente para su completa expansión, y los pulmones puedan inspirar completamente, pues cuando están oprimidos disminuye la cantidad de oxígeno que inhalan. La sangre resulta insuficientemente vitalizada, y las materias tóxicas del desgaste, que deberían ser eliminadas por los pulmones, quedan en el organismo. Además, la circulación se entorpece, y los órganos internos quedan tan oprimidos que se desplazan y no pueden funcionar debidamente.—El Ministerio de Curación, 224. VEUC 213.1

El cultivo de la voz es parte de la cultura física—Siguen en importancia a la postura correcta la respiración y la cultura vocal. Es más probable que respire correctamente aquel que se mantiene erguido, cuando está sentado o de pie. Pero el maestro debería inculcar en los alumnos la importancia de la respiración profunda. Muéstrese cómo la acción sana de los órganos respiratorios, que ayuda a la circulación de la sangre, vigoriza todo el organismo, despierta el apetito, promueve la digestión, produce un sueño sano y dulce, y de ese modo no sólo le da descanso al cuerpo, sino que calma y sirve de sedante a la mente. Al mismo tiempo que se muestra la importancia de la respiración profunda, debería insistirse en que se la practique. Háganse ejercicios que la estimulen, y al mismo tiempo trátese de formar el hábito. VEUC 213.2

La cultura de la voz ocupa un lugar importante en la cultura física, puesto que tiende a dilatar y fortalecer los pulmones, y alejar así la enfermedad. Para conseguir una formación correcta, tanto en la lectura como en la conversación, cuídese que los músculos abdominales tengan libertad de movimientos al respirar, y que los órganos respiratorios no estén oprimidos. La presión debería ejercerse sobre los músculos del abdomen más, que sobre los de la garganta. De ese modo se evitará que ésta se fatigue, y que se enferme gravemente. Debe procurarse con cuidado una pronunciación clara, con tonos suaves y bien modulados y con una forma de expresarse, que no sea muy rápida. Esto no sólo estimulará la salud, sino que contribuirá en gran medida, a que sea más agradable y eficaz la tarea del estudiante.—La Educación, 198, 199. VEUC 214.1