La Voz: Su Educación y Uso Correcto

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Capítulo 3—Un instrumento para la evangelización

Educación de la voz para testificar por Cristo—Dios nos ha dado el don del habla, para que podamos relatar a otros cómo nos trata él; para que su amor y compasión puedan conmover otros corazones, y que de otras almas puedan elevarse también alabanzas a Aquel, que nos ha llamado de las tinieblas a su luz admirable. El Señor ha dicho: “Vosotros sois mis testigos”. Isaías 43:10. Pero todos los que son llamados a testificar por Cristo, deben aprender de él, a fin de ser testigos eficientes. Como hijos del Rey celestial, deben educarse para dar testimonio en voz clara y distinta, de tal manera que nadie pueda recibir la impresión de que les cuesta hablar de la misericordia del Señor.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 230. VEUC 28.1

La comunicación de la verdad—El evangelio de Cristo, debe ser proclamado por la voz. Con el talento del habla hemos de comunicar la verdad siempre que tengamos oportunidad. Siempre debemos usar este talento al servicio de Dios.—The Review and Herald, 12 de septiembre de 1899. VEUC 29.1

El lenguaje correcto y la entonación de la voz—Debemos buscar diligentemente el conocimiento de la verdad, estudiar fervientemente, para tener un lenguaje correcto y una buena dicción y entonación de la voz, para poder presentar la verdad en toda su elevada y ennoblecedora belleza.—Fundamentals of Christian Education, 256. VEUC 29.2

Un canal para el conocimiento de Dios—La facultad del habla es un don precioso, y si la más noble de nuestras facultades, la razón, se pone a la tarea de conocer a Dios, entonces el don del habla puede llegar a ser un medio de gracia para otros, por el cual se pueda comunicar el conocimiento de Dios.—Carta 59, 1895. VEUC 29.3

La manera de presentar a Cristo—Dios dio a los hombres ojos para que contemplasen las maravillas de su ley. Les dio oídos para que escuchasen la predicación de su mensaje. Dio a los hombres la facultad del habla para que presentasen a Cristo como el Salvador que perdona los pecados. Con el corazón, el hombre cree para obtener justicia, y con la boca, formula su confesión para ser salvado.—El hogar adventista, 164 (1894). VEUC 29.4

Un medio de exaltar temas sagrados—El que enseña la Palabra de Dios, debiera cultivar la facultad del habla, para que los temas sagrados sobre los cuales se explaya, puedan ser presentados de la mejor manera posible, para que el precioso aceite dorado haga que su lámpara refleje rayos claros y precisos. La verdad no debiera perder nada de su poder y su belleza atractiva, por causa del conducto a través del cual se comunica. Debemos tratar de cultivar las cualidades más puras, superiores y nobles, para que podamos representar correctamente el carácter santo y sagrado de la obra y la causa de Dios.—The Review and Herald, 20 de abril de 1897. VEUC 29.5

La promoción de la gloria de Dios—La facultad del habla es un talento que Dios le ha dado, no para su recreación, sino para el servicio de Dios, para ser usado para la promoción de su gloria, al ser correctamente empleado.—Carta 89, 1897. VEUC 30.1

Un poder para ganar almas—La voz humana tiene mucho poder afectivo y musicalidad, y si el que aprende realiza esfuerzos decididos, adquirirá el hábito de hablar y cantar, que serán para él un poder para ganar almas para Cristo.—El Evangelismo, 367, 368. VEUC 30.2

El privilegio del habla—Los cristianos deben ser como Cristo en su ferviente deseo de salvar almas. Deben considerar como el más alto honor estar alistados en el ejército de Cristo. Deben agradecer a Dios el privilegio de usar el talento del habla, para ganar almas para Cristo. Deben considerar que no hay un privilegio más precioso, que el de impartir a otros el conocimiento que han recibido.—The Review and Herald, 24 de diciembre de 1901. VEUC 30.3

Salvación para nuestros semejantes—Miembros de iglesia, dejen que brille su luz. Permitan que sus voces se escuchen en humilde oración, al testificar contra la intemperancia, la insensatez de las diversiones de este mundo, y en la proclamación de la verdad para este tiempo. La voz, la influencia, el tiempo, todos ellos son dones de Dios, y deben usarse en la ganancia de almas para Cristo. VEUC 31.1

Visiten a sus vecinos, y demuéstrenles interés en la salvación de sus almas. Despierten a la acción toda su energía espiritual. Digan a los que visiten, que el fin de todas las cosas está a las puertas. El Señor Jesucristo abrirá la puerta de sus corazones y hará en sus mentes impresiones duraderas... Sus palabras cálidas y fervientes los convencerán de que usted ha encontrado la Perla de gran precio. Que sus palabras estimulantes y alentadoras, demuestren que usted ha encontrado ciertamente un camino superior.—Testimonies for the Church 9:38. VEUC 31.2

La pureza del lenguaje atestigua del poder de Su gracia—Mientras procuráis atraer a otros al círculo del amor de Cristo, la pureza de vuestro lenguaje, el desprendimiento de vuestro servicio, y vuestro comportamiento gozoso, han de atestiguar el poder de su gracia. Dad al mundo una representación de Cristo tan pura y justa, que los hombres puedan contemplarle en su hermosura.—El Ministerio de Curación, 113. VEUC 31.3

La manera de hablar, una representación de Cristo—Por la luz que he recibido, el ministerio es un cargo sagrado y exaltado, y los que aceptan esta posición, deben tener a Cristo en su corazón y manifestar un ferviente deseo de representarlo dignamente ante el mundo, en todos sus actos, en su vestimenta, en su manera de hablar y hasta en su forma de expresarse.—Testimonies for the Church 2:615. VEUC 32.1

Un vocero de Dios—El mensajero que lleva la palabra de vida a un mundo que perece, está destinado a hablar la verdad. El Señor Jesús está a su lado, listo a ampliar los estrechos límites del conocimiento humano, para que todos puedan ver que el maestro está presentando el don de las riquezas imperecederas, a todo aquel que crea en Cristo. Hay poder en Cristo para redimir el carácter mental y moral, y para moldear al hombre a la semejanza divina.—The Review and Herald, 19 de julio de 1898. VEUC 32.2

Necesidad de tacto al hablar del Salvador—Doquiera estemos, hemos de procurar aprovechar las oportunidades que se nos presenten, para hablar a otros del Salvador. Si seguimos el ejemplo de Cristo en hacer bien, los corazones se nos abrirán como se le abrían a él. No bruscamente, sino con tacto impulsado por el amor divino, podremos hablarles de Aquel que es “señalado entre diez mil”, y “todo codiciable”. Esta es la obra suprema, en la cual podemos emplear el talento del habla. Dicho talento nos ha sido dado, para que podamos presentar a Cristo como el Salvador que perdona el pecado.—Palabras de Vida del Gran Maestro, 274 (PP), 237, 238 (ACES). VEUC 32.3

Correcta expresión en palabras de verdad—Aprender a expresar en forma convincente e impresionante lo que uno sabe, es de valor especial para los que desean trabajar en la causa de Dios. Cuanto más expresión pongan en las palabras de verdad, tanto más eficaces serán éstas, en los que las oyen. Una presentación apropiada de la verdad del Señor, es digna de nuestro más alto esfuerzo.—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 208. VEUC 33.1

Esperanza para el alma—Debe buscar y trabajar por su vecino con fervor. ¿Es él ignorante? Que lo que usted le comunique, lo haga más inteligente. ¿Está él abatido y desanimado? Que sus palabras hablen de esperanza a su alma... Por la influencia de palabras habladas con un corazón lleno de amor, los desanimados pueden llegar a ser trofeos de la gracia, herederos de Dios y coherederos con Jesucristo.—The Review and Herald, 16 de febrero de 1897. VEUC 33.2

Pensamientos sugeridos por Dios—Si usted prosigue conociendo al Señor y haciendo lo que él le pide, comprobará que Dios traerá pensamientos a su memoria, cuando intente hablar a los que lo rodean, para refrenarlos de hacer el mal y señalarles el camino de la vida.—Manuscrito 61, 1907. VEUC 33.3

Palabras tiernas, no ásperas—Hable a las almas en peligro, y haga que contemplen a Jesús muriendo en la cruz, para hacer posible su perdón. Hable con el pecador, con su propio corazón rebozante del tierno y piadoso amor de Cristo. Que haya una profunda seriedad; pero que no se escuche una nota áspera o aguda en aquel, que está tratando de que el alma vea y viva... VEUC 33.4

Cristo crucificado, hable de ello, ore acerca de ello, cante acerca de ello, y eso quebrantará y ganará corazones. Este es el poder y la sabiduría de Dios, a fin de ganar almas para Cristo. Las frases formales, la presentación de puros temas argumentativos, producen muy poco bien.—Testimonies for the Church 6:67. VEUC 34.1

La ley de bondad en vuestros labios—Busquen la manera de acercarse a las personas que viven en su vecindario. Cuando les hablen de la verdad, usen palabras de simpatía como las de Cristo... No pronuncien una sola palabra carente de bondad. Que el amor de Cristo esté en sus corazones, la ley de bondad en sus labios.—Testimonies for the Church 9:41. VEUC 34.2

Palabras bondadosas como aguas tranquilas—Necesitamos tener una estrecha comunión con Dios, para que el yo no surja de nuevo, como sucedió con Jehú; y pronunciemos un torrente de palabras inconvenientes, que no sean como el rocío, ni como las quietas lluvias que reviven las plantas agostadas. Que nuestras palabras sean bondadosas, cuando tratamos de ganar almas. Dios será sabiduría, para aquel que procura la sabiduría de origen divino. Debemos buscar las oportunidades en todas direcciones. Debemos velar en oración, y estar siempre listos para dar una respuesta a todo aquel que nos pida una razón de la esperanza que está en nosotros. Para que no impresionemos desfavorablemente un alma por la cual Cristo murió, debemos mantener nuestros pensamientos elevados hacia Dios, para que cuando se presente la oportunidad, podamos usar las palabras correctas que hablar, en el momento preciso.—The Review and Herald, 7 de octubre de 1902. VEUC 34.3

Obras combinadas con palabras—Dios desea, que las dádivas que él ha concedido libremente a sus hijos, sean comunicadas a los que no tienen tantas bendiciones temporales. Por medio de esta comunicación, por la expresión de palabras bondadosas, acompañadas con obras de amor, los que trabajan para Dios encontrarán entrada a los corazones, y ganarán a otros para Cristo. No debemos olvidar esta parte de la religión; “porque de tales sacrificios se agrada Dios”.—The Review and Herald, 18 de febrero de 1902. VEUC 35.1