La Verdad acerca de los Angeles

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Eliseo

En el segundo libro de los Reyes se registra una misión especial de los santos ángeles para guardar al siervo elegido del Señor. Eliseo estaba en Dotán y el rey de Siria envió gente de a caballo, y carros, y un gran ejército para prender al profeta. “Y se levantó de mañana y salió el que servía al varón de Dios, y he aquí el ejército que tenía sitiada la ciudad, con gente de a caballo y carros. Entonces su criado le dijo: ¡Ah, señor mío! ¿qué haremos?” 2 Reyes 6:14-15.—Atlantic Union Gleaner Agosto 20, 20 de agosto de 1902. VAAn 138.4

Respondió el profeta: “No tengas miedo, porque más son los que están con nosotros que los que están con ellos”. Y para que el siervo reconociese esto por su cuenta, “Oró Eliseo, y dijo: Te ruego, oh Jehová, que abras sus ojos para que vea. Entonces Jehová abrió los ojos del criado, y miró; y he aquí que el monte estaba lleno de gente de a caballo, y de carros de fuego alrededor de Eliseo”. 2 Reyes 6:16-17. Entre el siervo de Dios y las huestes de enemigos armados había un círculo protector de ángeles celestiales. Habían descendido con gran poder, no para destruir, ni para exigir homenaje, sino para rodear y servir a los débiles e inermes siervos del Señor.—La Historia de Profetas y Reyes, 192. VAAn 139.1

No le tocó a Eliseo seguir a su maestro en un carro de fuego. Dios permitió que le aquejase una enfermedad prolongada. Durante las largas horas de debilidad y sufrimiento humanos, su fe se aferró a las promesas de Dios, y contemplaba constantemente en derredor suyo a los mensajeros celestiales de consuelo y paz. Así como en las alturas de Dotán se había visto rodeado por las huestes del cielo, con los carros y los jinetes de fuego de Israel, estaba ahora consciente de la presencia de los ángeles que simpatizaban con él; y esto le sostenía.—La Historia de Profetas y Reyes, 197. VAAn 139.2