Mensajes para los Jóvenes

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La fidelidad en la vida diaria

La obra de Dios es perfecta como un todo, porque es perfecta en cada una de sus partes, por pequeñas que sean. Dios forma la hojita de pasto con el mismo cuidado con que haría un mundo. Si deseamos ser perfectos, como nuestro Padre que está en los cielos es perfecto, debemos ser fieles en hacer las cosas pequeñas. Lo que es digno de ser hecho, es digno de ser bien hecho. Sea cual fuere tu trabajo, hazlo fielmente. Habla la verdad en cuanto a los más pequeños asuntos. Realiza diariamente actos de amor y habla palabras de ánimo. Esparce sonrisas por el sendero de la vida. Al trabajar en esta forma, Dios te dará su aprobación, y Cristo te dirá un día: “¡Bien, siervo bueno y fiel!”3 MJ 100.1

En el día del juicio, quienes han sido fieles en su vida diaria, que han estado listos para ver lo que debían hacer, y lo han hecho, sin pensar en el provecho o la alabanza, oirán las palabras: “¡Venid, benditos de mi Padre! Heredad el reino preparado para vosotros desde la fundación del mundo”.4 Cristo no los elogia por las elocuentes oraciones que han pronunciado, por el poder intelectual que han desplegado o las donaciones liberales que han hecho. Los recompensa por haber hecho cosas pequeñas que generalmente son pasadas por alto. Dice: “Tuve hambre, y me disteis de comer [...]. Cuanto hicisteis a uno de estos mis hermanos pequeños, a mí me lo hicisteis”.5The Youth’s Instructor, 17 de enero de 1901. MJ 100.2