Mensajes para los Jóvenes

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No depender de los sentimientos

A veces, una profunda sensación de nuestra indignidad hará estremecer de terror al ser, pero esto no es evidencia de que Dios haya cambiado para con nosotros o nosotros para con Dios. No se debería hacer ningún esfuerzo para ajustar la mente a cierta intensidad de emoción. No podemos sentir hoy la paz y el gozo que sentíamos ayer; pero deberíamos asirnos por la fe de la mano de Cristo y confiar en él tan plenamente en la oscuridad como en la luz. MJ 77.4

Quizá Satanás susurre: “Eres demasiado pecador para que Cristo te salve”. Al par de reconocer que son ciertamente pecadores e indignos, pueden hacer frente al tentador exclamando: “Por la virtud de la expiación reclamo a Cristo mi Salvador. No confío en mis propios méritos, sino en la preciosa sangre de Jesús, que me limpia. En este momento hago depender mi ser impotente de Cristo”. La vida cristiana debe ser una vida de fe constante y viva. Una confianza inflexible, una firme dependencia de Cristo, proporcionarán paz y seguridad al espíritu. MJ 77.5