Mensajes para los Jóvenes

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Construyendo nuestro propio destino

Hay mucha verdad en el refrán: “Cada hombre es el arquitecto de su propio destino”. Si bien los padres son responsables del sello que ponen al carácter así como de la educación de sus hijos e hijas, también es cierto que nuestra posición y utilidad en el mundo dependen en extenso grado de nuestra conducta. MJ 170.4

Daniel y sus compañeros gozaban de los beneficios de una educación y un adiestramiento correctos recibidos en sus primeros años, pero estas ventajas solas no habrían bastado para hacer de ellos lo que fueron. Llegó el tiempo en que debían actuar por sí mismos, cuando su futuro dependía de su propio curso de acción. Resolvieron ser fieles a las lecciones que recibieron en la infancia. El temor de Dios, que es el principio de la sabiduría, fue el cimiento de su grandeza. MJ 170.5

La historia de Daniel y sus jóvenes compañeros ha sido registrada en las páginas de la Palabra inspirada para beneficio de los jóvenes de todas las épocas posteriores. Mediante la crónica de su fidelidad a los principios de la temperancia, Dios habla hoy a los jóvenes de ambos sexos, mandándoles que reúnan los preciosos rayos de luz que él les ha dado acerca de la temperancia cristiana y se coloquen en armonía con las leyes de la salud. MJ 171.1