El Evangelismo

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Diligencia en el trabajo

Dedicación a su tarea—Cristo estaba intensamente dedicado a la obra que vino a realizar. Su devoción a la obra de salvar a la humanidad perdida se manifestaba en todas las ocasiones.—Manuscrito 132, 1902. Ev 467.6

El servicio sincero del obrero—Considerad esta obra como la obra del Señor y realizadla con dedicación y paciencia. En esto consiste un servicio genuino que el Maestro aprobará. Trabajad con un claro sentido de obligación, sabiendo que los ángeles de Dios están presentes para colocar el sello del cielo sobre la fidelidad y para condenar la infidelidad en cualquier forma. Ev 468.1

El emprender valerosamente la tarea que necesita realizarse y el colocar el corazón en ella, convierten la obra en un placer y aseguran el éxito. Así Dios es glorificado... Ev 468.2

Al realizar fervorosamente vuestra parte, vuestra mente se asimilará a la mente de Cristo. Mediante oraciones y súplicas buscad la bendición prometida. Pedid a Dios que os dé una verdadera comprensión del trabajo que debe realizarse. No os permitáis ser apartados o estorbados por ninguna influencia contraria. Llevad a cabo fielmente vuestra parte en la tarea de llevar bendición a vuestros semejantes. Alabad a Dios por el privilegio de colaborar con él en su obra. Al dedicaros de todo corazón a la obra que debe realizarse entraréis en una relación de verdadero compañerismo con vuestros compañeros en la obra. Veréis a Cristo en vuestros hermanos... Ev 468.3

Todos los deberes en los que no se pone el corazón resultan fastidiosos. Hay una obra que debe realizarse y debemos dedicarnos de todo corazón a la realización de esa tarea. Los deberes que Dios coloca en nuestro camino debemos realizarlos, no como un ejercicio frío y pesado, sino como un servicio de amor. Colocad en vuestro trabajo vuestras facultades y simpatías más elevadas. Y encontraréis que Cristo está en él. Su presencia aligerará la tarea y vuestro corazón se llenará de gozo. Trabajaréis en armonía con Dios, y con lealtad, amor y fidelidad. Ev 468.4

Debemos ser cristianos fervorosos y sinceros, debemos realizar fielmente los deberes puestos en nuestras manos y contemplar siempre a Jesús, el autor y consumador de nuestra fe. Nuestra recompensa no depende de nuestro éxito aparente sino del espíritu con el cual trabajamos... Ev 468.5

Las facultades de todo el ser deben dedicarse a un servicio abnegado. Hay que emplear cada talento. Aprovechar el futuro mejor de lo que habéis aprovechado el pasado. Entregad vuestros talentos a los cambiadores, porque Cristo siente un gran anhelo por las almas.—Manuscrito 20, 1905. Ev 468.6

Energía y perfección—El Señor no se agrada cuando su obra se realiza en forma defectuosa y chapucera, o cuando se posterga su realización como si fuera una tarea tediosa. No tenemos tiempo que desperdiciar en movimientos dilatorios y desganados. El interés que debiéramos poner en todo lo que hacemos hará que nuestra obra resulte interesante y educativa.—Carta 147a, 1897. Ev 468.7

Energía perseverante e intensa aplicación—Cuando hay una falta de energía perseverante y de intensa aplicación en relación con los asuntos temporales y las transacciones comerciales, esa misma deficiencia se manifestará en las cosas espirituales.—Testimonies for the Church 2:498. Ev 469.1

Satanás demuestra mayor habilidad—Después de lo que se le ha mostrado con referencia a su inclinación a ser lento y tranquilo y a permitir que las oportunidades pasen sin que Ud. las aproveche, Ud. pierde tiempo, pierde interés y toma las cosas con tanta calma que Satanás lo sobrepasa en habilidad una vez tras otra. No es indiferente y común la obra a la que Ud. se encuentra dedicado entre gente que está alejada de Dios y que necesita que se realicen los esfuerzos más celosos en su favor... Ev 469.2

Como casi no hay nada para mostrar como fruto de sus esfuerzos durante todo este tiempo en que Ud. ha estado en los valles, creo que Ud. no es el hombre para ese campo... Ev 469.3

¿Ha planeado Ud. hacer esas reuniones tan interesantes como sea posible? Espero que Ud. haya sentido el peso de la obra sobre su alma. ¿Se ha quedado Ud. en la carpa, en el lugar donde ésta está o se ha creado Ud. la necesidad de irse cada día a casa y de acumular sobre Ud. cargas que no forman parte de la obra? Esta obra al servicio de Dios, para hacer frente a las tinieblas morales, requiere abnegación, trabajo, esfuerzo persevarente y una fe fervorosa. Muchos se halagan a sí mismos diciéndose que pueden hacer grandes cosas si tan sólo tienen la oportunidad, pero hay algo que siempre les ha impedido llevarlas a cabo, dicen que la Providencia ha puesto límites en su camino de modo que ellos no han podido hacer lo que deseaban. No esperamos que grandes oportunidades nos salgan al paso en el camino, pero por medio de una acción pronta y vigorosa podemos aprovechar las oportunidades, crear oportunidades y vencer las dificultades. Ev 469.4

Ud. tiene necesidad de recibir energía vital del cielo. En nuestro trabajo no solamente debemos golpear el hierro cuando está caliente, sino también calentar el hierro a golpes. Los movimientos lentos, flojos e indolentes no nos ayudarán en nada en esta obra. Debemos instar a tiempo y fuera de tiempo. Vivimos en tiempos críticos para la obra. Debido a la vacilación y a la demora perdemos muchas buenas oportunidades... Ev 469.5

Lo que más entorpece para Ud. el cumplimiento de su deber es la irresolución, la debilidad de propósitos y la indecisión. Que Dios le ayude a ceñirse la armadura y a llevar a cabo la obra de su Maestro.—Carta 13, 1886. Ev 469.6

Diligencia, fidelidad y obediencia a los dirigentes—Los intereses del reino de Cristo exigen diligencia y fidelidad en un grado mucho más grande debido a que las cosas espirituales y eternas son de más importancia que las cosas temporales. No debe haber un trabajo débil ni una acción perezosa y lenta, porque esto pondría en peligro nuestras propias almas y las de los demás... Ev 470.1

¿Qué general se haría cargo de la dirección de un ejército mientras sus oficiales rehúsan obedecerle hasta tanto hayan comprobado a su plena satisfacción que sus órdenes son razonables? Ese proceder significaría la pérdida de todo el ejército. Debilitaría las manos de los soldados. En sus mentes surgiría esta pregunta: ¿no hay un método mejor? Pero aunque haya un método mejor, las órdenes deben obedecerse porque en caso contrario la derrota y el desastre serían el resultado. Un momento de tardanza acarrearía la pérdida de las ventajas obtenidas. Ev 470.2

Todos los buenos soldados obedecen a su capitán prontamente y sin reserva alguna. La voluntad del comandante es la voluntad del soldado. Algunas veces el soldado puede sorprenderse debido a la orden que se le ha dado, pero no debe detenerse a preguntarse la razón de ello. Cuando la orden del capitán se contrapone a los deseos del soldado, él no debe vacilar ni quejarse, diciendo: No veo ninguna conveniencia en estos planes. No debe inventar excusas y dejar su trabajo sin hacer. Los soldados de esta clase no serán aceptados para comprometerse en conflictos terrenales ni mucho menos serán aceptados en el ejército de Cristo. Cuando Cristo ordena, sus soldados deben obedecer sin vacilación alguna. Deben ser soldados fieles, porque en caso contrario él no puede aceptarlos. A cada alma se da libertad de elección, pero después de que un hombre se ha alistado se requiere de él que sea fiel como el acero, aunque el resultado sea vida o muerte.—Manuscrito 7, 1900. Ev 470.3

Una mente disciplinada y organizada es esencial—Los que enseñan la Palabra no debieran descartar la disciplina mental. Cada obrero o grupo de obreros mediante esfuerzos perseverantes debiera establecer reglas y principios que lo guíen a la formación de hábitos correctos de pensamiento y acción. Esa práctica es necesaria no sólo para los jóvenes sino también para los obreros de más edad, a fin de que su ministerio se vea libre de errores y para que sus sermones sean claros, exactos y convincentes. Ev 470.4

Algunas mentes se parecen más a una tienda de antigüedades que a cualquier otra cosa. Han recogido y almacenado trozos sueltos de información, pero no saben cómo presentarlos en forma clara y bien hilvanada. Lo que le da valor a estas ideas es la relación que tienen unas con otras. Cada idea y declaración debieran estar unidas tan estrechamente como los eslabones de una cadena. Cuando un ministro arroja un montón de conceptos ante la gente para que ésta los recoja y los ponga en orden, sus esfuerzos se han perdido, porque hay pocos que harán tal cosa.—The Review and Herald, 6 de abril de 1886. Ev 471.1

El esfuerzo metódico apresura el éxito—Hay hombres y mujeres jóvenes que no tienen método alguno para llevar a cabo su tarea. Aunque están siempre ocupados pueden presentar tan sólo pocos resultados. Tienen ideas erróneas acerca del trabajo y piensan que están trabajando duramente, cuando si hubieran aplicado un método a su trabajo y si se hubieran dedicado inteligentemente a lo que debían hacer, habrían cumplido mucho más en menos tiempo. Por perder el tiempo en cosas menos importantes llegan a estar finalmente en apuros y perplejos cuando se les pide que lleven a cabo deberes que son más esenciales. Siempre están haciendo algo y piensan que están trabajando duramente; y sin embargo sus esfuerzos producen muy poco resultado.—The Youth’s Instructor, 31 de agosto de 1893. Ev 471.2

El sistema y la presteza ahorran tiempo—Se necesitan hombres que comiencen un trabajo en forma correcta y que se aferran a él y lo prosigan tenazmente. Hay que hacerlo todo de acuerdo con un plan bien madurado y con sistema. Dios ha confiado su obra sagrada a hombres y les pide que la lleven a cabo cuidadosamente. La regularidad en todas las cosas es indispensable. Nunca lleguéis tarde a una cita. En ningún departamento u oficina debiera perderse el tiempo en conversaciones innecesarias. La obra de Dios requiere cosas que no recibe porque los hombres no aprenden del Dios de sabiduría. Amontonan demasiadas cosas en su vida, posponen hasta mañana lo que exige su atención hoy, y muchas veces pierden tiempo retomando trabajosamente las puntadas perdidas... Ev 471.3

Algunos obreros necesitan abandonar los métodos lentos de trabajo que prevalecen, y deben aprender a ser expeditivos. La presteza es necesaria tanto como la diligencia. Si queremos llevar a cabo la obra de acuerdo con la voluntad de Dios, debemos hacerla en forma expeditiva, pero no sin reflexión y cuidado.—Manuscrito 24, 1887. Ev 471.4

Organización del trabajo rutinario—Las personas que no han adquirido buenos hábitos de laboriosidad y economía de tiempo, debieran recibir un conjunto de reglas que les ayuden a practicar regularidad y prontitud. Jorge Washington fue capaz de llevar a cabo una gran cantidad de trabajo porque era cuidadoso en preservar el orden y la regularidad. Cada documento tenía su fecha y su lugar, de modo que no se perdía tiempo en buscar lo que se había traspapelado.—Gospel Workers, 277, 278 (1880). Ev 471.5

Hay que tener iniciativa—Cuando se coloca a un obrero en cierto lugar de la viña del Señor, se le encomienda su obra como un fiel colaborador juntamente con Dios para que trabaje esa viña. No debe esperar que a cada momento las mentes humanas le digan lo que debe hacer, sino que debe planificar su tarea para trabajar dondequiera que esto sea necesario. Dios le ha dado un cerebro y la capacidad para usarlo. Debe estudiar cuidadosamente las necesidades de los creyentes y las necesidades de los incrédulos, y sus esfuerzos deben satisfacer esas necesidades. Debe preguntar a Dios y no a ningún ser humano lo que debe hacer. Ud. es un siervo del Dios viviente y no un siervo de ningún hombre. No puede hacer la obra de Dios en forma inteligente y al mismo tiempo ser la sombra de los pensamientos y las directivas de otro hombre. Ud. está bajo Dios.—Carta 8, 1895. Ev 472.1

La rapidez de acción evita la confusión—Entre los obreros hay una falta de actitud, una confusión, una falta de comprensión mutua y de rapidez de acción. Las cosas no se hacen a tiempo. Como resultado de esto surgen complicaciones y dificultades que resultan difíciles de vencer debido a la falta de acción unida. Este estado de cosas, si no se le pone remedio, se verá y se sentirá aún más en el futuro que en el pasado, porque la obra crecerá y la necesidad de una comprensión perfecta de los negocios de esta casa llegará a ser mayor. El hábito desafortunado de descuidar una obra especial que necesita ser hecha en un tiempo determinado triplica la dificultad de realizarla posteriormente con perfección y sin dejar algo descuidado o sin terminar.—Manuscrito 24, 1887. Ev 472.2

Un horario regular para levantarse—Hay gente joven que se opone tenazmente al orden y la disciplina. No respetan las reglas establecidas en el hogar según las cuales debieran levantarse a una hora determinada. Se quedan en cama durante algunas horas de la mañana, cuando todos debieran estar en actividad. Queman el aceite de medianoche y dependen de luz artificial para que ocupe el lugar de la luz que la naturaleza ha provisto en horas oportunas. Al hacer esto no sólo desperdician preciosas oportunidades sino también ocasionan gastos adicionales. Pero en casi todos los casos se afirma lo siguiente: “No puedo terminar mi trabajo, hay algo que debo hacer; no puedo acostarme temprano”. Así es como duermen profundamente cuando debieran estar despiertos con la naturaleza y las avecilas que se levantan temprano. Así se interrumpen los preciosos hábitos de orden, y los momentos perdidos en la mañana temprano alteran el ritmo de las cosas durante todo el día. Ev 472.3

Nuestro Dios es un Dios de orden y él desea que sus hijos estén dispuestos a ubicarse dentro del orden y bajo su disciplina. ¿No sería mejor, por lo tanto, romper este hábito de convertir la noche en día y las frescas horas de la mañana en noche?—The Youth’s Instructor, 28 de enero de 1897. Ev 473.1

Ventajas de una correcta distribución del tiempo—La planificación de las cosas en el tiempo puede decir mucho en favor de la verdad. Con frecuencia se pierden victorias a causa de las demoras. Habrá crisis en la causa. Una acción rápida y decisiva llevada a cabo en el momento debido hará ganar triunfos gloriosos, en tanto que la demora y el descuido producirán grandes fracasos y deshonrarán a Dios.—Testimonies for the Church 3:498 (1875). Ev 473.2

Valor de una libreta de apuntes—Si los jóvenes forman hábitos de regularidad y orden mejorarán en salud, en espíritu, en memoria y en disposición. Ev 473.3

Todos tienen el deber de observar reglas estrictas en sus hábitos de vida. Esto es para vuestro propio bien, estimados jóvenes y señoritas, tanto en sentido físico como moral. Cuando los levantáis en la mañana, considerad hasta donde os sea posible el trabajo que debéis realizar durante el día. Si es necesario, tened una libreta de apuntes para anotar las cosas que debéis hacer, y estableced un tiempo en el cual llevar a cabo vuestro trabajo.—The Youth’s Instructor, 28 de enero de 1897. Ev 473.4

El trabajo no se limita a ciertas horas—El sistema de las ocho horas diarias de trabajo no halla cabida en el programa del ministro de Dios. El debe mantenerse listo para servir a cualquier hora.—Obreros Evangélicos, 466 (1915). Ev 473.5

Las horas nocturnas del trabajo del Salvador—Todo el día servía a los que acudían a él; y al anochecer atendía a los que habían tenido que trabajar penosamente durante el día para ganar el escaso sustento de su familia.—El Ministerio de Curación, 11 (1905). Ev 473.6

El trabajo diligente ayuda a contestar la oración—Si bien es cierto que debemos orar pidiendo la bendición de Dios, también debemos respaldar nuestras oraciones mediante un trabajo muy diligente, cuidadoso y activo.—Manuscrito 25, 1895. Ev 473.7

No hay que depender de milagros—Por lo general Dios no obra milagros para promover su verdad. Si el agricultor descuida de cultivar la tierra después de sembrar su semilla, no obra Dios un milagro para contrarrestar el seguro resultado de este descuido. En el momento de la cosecha encontrará que su campo ha sido improductivo. Dios obra de acuerdo con grandes principios que ha dado a la humanidad, y nuestra parte consiste en trazar planes sabios y en poner en acción los medios por los cuales Dios producirá ciertos resultados. Ev 473.8

Los que no realizan esfuerzos decididos sino que se limitan a esperar que el Espíritu Santo los impulse a la acción perecerán en las tinieblas. Quisiéramos preguntar a los que esperan un milagro: ¿Qué medios habéis puesto en acción de los que Dios ha colocado a vuestro alcance? Quisiéramos preguntar a los que esperan que ocurra algo sobrenatural, a los que se limitan a decir “‘Creed, creed”: ¿Os habéis ceñido a la obra señalada por Dios? El Señor ha dicho: “Lo harás”, y “No lo harás”. Ev 474.1

Estudiemos la parábola de los talentos y comprendamos que cada hombre ha recibido su trabajo de parte de Dios—a cada hombre él ha confiado sus talentos, para que mediante el ejercicio de su habilidad pueda aumentar su eficiencia. No debéis permanecer inactivos sin hacer nada en la obra de Dios.—The Review and Herald, 28 de septiembre de 1897. Ev 474.2

No seáis perezosos—Trabajad por los que están perdiendo sus vidas en la haraganería, por los que están realizando solamente la mitad de lo que podrían hacer por su Maestro. Esforzaos por hacerlos despertar a su responsabilidad. Orad unos por otros y exhortaos mutuamente, y hacedlo tanto más cuando veis que el día se aproxima. Diga el hermano al hermano y la hermana diga a la hermana: “Venga, compañero en la obra, dediquémonos con todo fervor a realizar nuestro trabajo; porque está por llegar la noche cuando nadie podrá trabajar”. Nadie pierda los minutos en conversaciones cuando debiera estar trabajando. Ev 474.3

Recuerde la persona aficionada a conversar que hay tiempo cuando no tiene derecho de hablar. Hay quienes se toman tiempo para no hacer nada. Hágase oír la voz del fiel centinela: “En lo que requiere diligencia, no perezosos; fervientes en espíritu, sirviendo al Señor”. Romanos 12:11. ¿Tenéis trabajo que hacer para el Maestro? ¿Consiste éste en edificar una casa donde su obra pueda llevarse a cabo? Cerrad vuestros labios. No hagáis ociosos a otros tentándolos a escuchar vuestra conversación. El tiempo de muchos se pierde cuando una persona emplea su lengua en lugar de utilizar sus herramientas.—Manuscrito 42, 1901. Ev 474.4

Los ministros no deben dedicarse a asuntos seculares—Quisiera decir a los Hnos. ----- y ----- que su obra la realiza mayormente entre incrédulos. Los que exponen con éxito la verdad bíblica deben presentarse ante los que no han escuchado el mensaje para este tiempo. Estos hermanos cuyos nombres he mencionado, tienen una obra que deben realizar en nuestras reuniones de reavivamiento espiritual que deben celebrarse en las grandes ciudades. Pero corren el peligro de descalificarse para llevar a cabo la obra que Dios les ha encomendado. El pastor ----- ciertamente perderá su influencia a menos que deje de interesarse en trabajos que Dios no requiere que él realice, en trabajos que exigen atención de detalles comerciales. Al dedicarse a trabajos seculares no estará realizando lo que Dios le ha pedido que haga. La proclamación del mensaje evangélico debe ser su luz y su vida.—Manuscrito 105, 1902. Ev 474.5

La gloria de Dios: la consideración suprema—Satanás se ocupa regularmente en estorbar la obra de Dios y en trabajar para la destrucción de la humanidad. Con frecuencia, cuando el interés en cierta localidad está en su punto culminante, él influye en la mente del obrero para que piense que algún asunto secundario en su hogar es de gran importancia y que exige su presencia inmediata. Como el obrero no tenía en cuenta en primer lugar la gloria de Dios, deja la tarea sin terminar y corre a su casa. Puede ser retenido allí durante días y hasta semanas y eso hace que su obra se enrede y se complique. Una puntada tras otra se pierden sin que nunca se las pueda recuperar. Esto agrada al enemigo. Y cuando él ve que ha tenido éxito en hacer que los asuntos temporales ocupen un lugar preponderante en la mente de esa persona, le llena las manos de dificultades. De inmediato comienza a fabricar problemas para su hogar a fin de enredar su mente, y, si es posible, alejarlo permanentemente de su trabajo... Ev 475.1

Cuando las almas se están decidiendo en favor o en contra de la verdad os ruego que no permitáis que se os aleje de vuestro campo de labor. No lo abandonéis al enemigo aunque, podríamos decir, haya un muerto en vuestra casa. Cristo dijo: “Sígueme; deja que los muertos entierren a sus muertos”. Mateo 8:22. Si tan sólo pudieseis ver la importancia de la obra tal como se me ha presentado, sacudiríais la parálisis que afecta a muchos, y habría una resurrección de los muertos y un surgimiento a la vida a través de Jesucristo... Ev 475.2

Si ocupamos decididamente nuestra posición como obreros de Dios y si decimos: “El Señor nos ha dado un mensaje y no podemos ser centinelas fieles a menos que permanezcamos en nuestros puestos del deber; llevaremos a cabo la obra a toda costa”, entonces descubriremos que los ángeles de Dios ministrarán a nuestras familias en el hogar y dirán al enemigo: “Retírate”.—Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 127, 128 (1886). Ev 475.3