El Evangelismo

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Busquen a los perdidos

Hay que llevar la Biblia a todas las puertas—La Biblia no está encadenada. Se la puede llevar a la puerta de todo hombre y sus verdades pueden ser presentadas a la conciencia de todo ser humano. Hay muchos que, como los nobles bereanos, escudriñan las Escrituras diariamente por sí mismos, cuando les es presentada la verdad, para ver si estas cosas son así. Cristo ha dicho: “Escudriñad las Escrituras; porque a vosotros os parece que en ellas tenéis la vida eterna; y ellas son las que dan testimonio de mí”. Juan 5:39. Jesús, el Redentor del mundo, manda a los hombres no sólo que lean, sino que escudriñen las Escrituras. Esta es una obra grande e importante, y nos está encomendada a nosotros y al hacerla seremos grandemente beneficiados; porque la obediencia al mandato de Cristo no queda sin recompensa. El coronará con señales especiales de su favor este acto de lealtad que consiste en seguir la luz revelada en su Palabra.—Consejos sobre la Obra de la Escuela Sabática, 92, 93 (1889). Ev 338.1

Muchos esperan ser incorporados—En todo el mundo, hay hombres y mujeres que miran fijamente al cielo. Oraciones, lágrimas e interrogaciones brotan de las almas anhelosas de luz en súplica de gracia y de la recepción del Espíritu Santo. Muchos están en el umbral del reino esperando únicamente ser incorporados en él.—Los Hechos de los Apóstoles, 89 (1911). Ev 338.2

Buscando a los perdidos—Esta obra debe ser una obra decidida. Las ovejas perdidas están en toda la comarca donde Ud. se encuentra. Ud. debe buscar y salvar a los que están perdidos. Estos no saben cómo recuperarse por sí mismos.—Carta 189, 1899. Ev 338.3

Encontrando oportunidades para el estudio—En cada ciudad a la que se llega hay que colocar un fundamento firme para establecer la obra en forma permanente. Hay que seguir los métodos del Señor. Mediante el trabajo de casa en casa, leyendo la Biblia a las familias, el obrero puede tener acceso a muchos que buscan la verdad. Abriendo las Escrituras, mediante la oración, ejerciendo fe, hay que enseñar a la gente el camino del Señor.—Testimonies for the Church 7:38 (1902). Ev 338.4

Buscando a las almas sinceras—Debo hacer lo mejor posible por dar a nuestro pueblo el mensaje de que el Señor tiene almas sinceras en nuestras ciudades, y que éstas deben ser buscadas. Al Señor no le agrada la exhibición que hemos hecho. Todavía hay muchas ciudades que prácticamente no han sido tocadas. Los que emprendan la tarea de amonestar a los habitantes de nuestras grandes ciudades, obtendrán una preparación en la ganancia de almas para Cristo... ¿Cómo se convertirán a menos que se les exponga la verdad en forma diligente, línea sobre línea y precepto sobre precepto?... Los obreros no pueden pasar su tiempo recorriendo una vez tras otra el terreno entre las iglesias que ya están confirmadas en la verdad, mientras en todas partes hay muchos que nunca han recibido una explicación de la verdad.—Carta 8, 1909. Ev 338.5

Los obreros serán guiados a los hogares de los interesados—Luz, luz de la Palabra de Dios: esto es lo que la gente necesita. Si los maestros de la Palabra están dispuestos, el Señor los guiará a una relación más estrecha con la gente. Los guiará a los hogares de los que necesitan y desean la verdad; y cuando los siervos de Dios se dediquen a la tarea de buscar a las ovejas perdidas, sus facultades espirituales serán despertadas y puestas en actividad.—The Review and Herald, 29 de diciembre de 1904. Ev 339.1

Con una fuerza diez veces mayor—Si se dedicara la mitad del tiempo que ahora se ocupa en la predicación a las visitas de casa en casa, se verían resultados favorables. Se realizaría mucho bien, porque los obreros podrían acercarse más a la gente. El tiempo empleado en tranquilas visitas a las familias, y mientras se habla a Dios en oración, se lo alaba con himnos, y se explica su Palabra, con frecuencia hará más bien que una serie de reuniones públicas. Muchas veces las mentes son impresionadas diez veces más mediante los llamamientos personales que por cualquier otra clase de trabajo. La familia a quien se visita en esta forma recibe un testimonio personal. Los miembros que realizan esas visitas no se encuentran en una reunión promiscua en la que no puedan explicar a su prójimo las verdades que escuchan. Se les habla fervorosamente y con bondadosa solicitud. Se les permite expresar libremente sus objeciones, y cada una de ellas puede contrarrestarse con un “así dice Jehová”. Si esta obra es hecha con humildad por aquellos cuyos corazones están imbuidos con el amor de Dios, se cumplirán estas palabras: “La exposición de tus palabras alumbra; hace entender a los simples”. Salmos 119:130.—Carta 95, 1896. Ev 339.2

Algunas personas parecen inabordables—Los que trabajan para Dios encontrarán que algunas personas son inabordables. Parecen ofenderse porque se invade la intimidad de su fe y devoción, y no consideran con bondad a los colaboradores de Dios. Estos obreros deben apartar su vista del yo para fijarla en Jesús y dar cuidadosa atención a las instrucciones que se encuentran en su Palabra.—Carta 5, 1896. Ev 339.3