El Evangelismo

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Exhortación a realizar la obra con premura

Queda poco tiempo—Se me ha pedido que presente a nuestro pueblo el mensaje que sigue: Trabajad sin tardanza en las ciudades, porque queda poco tiempo. El Señor ha insistido, durante los últimos veinte años, en que realicemos esta obra. En unos pocos lugares se ha efectuado un trabajo reducido, pero debe realizarse mucho más aún.—Carta 168, 1909. Ev 29.2

¿Dónde está vuestra fe?—Cuando pienso en las muchas ciudades que todavía no han sido amonestadas, no puedo descansar. Es aflictivo pensar que éstas han sido descuidadas por tanto tiempo. Durante muchos, muchos años, las ciudades de Norteamérica, incluyendo las ciudades del sur, han sido colocadas delante de nuestros hermanos, como lugares que necesitan atención especial. Unos pocos han llevado la carga de trabajar en estas ciudades; pero, en comparación con las grandes necesidades y las muchas oportunidades, muy poco se ha hecho. ¿Dónde está vuestra fe, mis hermanos? ¿Dónde están los obreros?... Ev 29.3

¿No haremos planes para enviar mensajeros a todos esos campos, y para sostenerlos liberalmente? ¿No irán los ministros de Dios a esos centros densamente poblados, y allí elevarán sus voces para amonestar a las multitudes? En un tiempo como éste, han de emplearse todos los medios.—The Review and Herald, 25 de noviembre de 1909. Ev 29.4

Las masas están desprevenidas—En Nueva York*, y en muchas otras ciudades, las masas están desprevenidas... Debemos emprender esta obra [de amonestarlas] con todo entusiasmo y no descansar hasta terminarla. Debemos predicar la verdad bíblica y dejar de lado nuestras peculiaridades y nuestras propias ideas. Hay que enviar a hombres consagrados y talentosos a esas ciudades para que establezcan la obra.—Manuscrito 25, 1910. Ev 29.5

Es tiempo de despertar a los guardianes—Nuestras ciudades deben ser trabajadas... Se necesita dinero para proseguir la obra en Nueva York, Boston, Portland, Filadelfia, Búffalo, Chicago, San Luis, Nueva Orleáns, y en muchas otras ciudades. En algunas de ellas la gente fue poderosamente conmovida por el mensaje que se dio de 1842 a 1844, pero en los últimos años se ha hecho muy poco en comparación con la obra grandiosa que debería estarse llevando a cabo. Y parece que es difícil lograr que nuestro pueblo experimente una preocupación especial por la obra en las ciudades populosas. Ev 29.6

Me dirijo a nuestros hermanos que han oído el mensaje durante muchos años. Ya es tiempo de despertar a los guardianes. He gastado mis fuerzas en la tarea de dar los mensajes que Dios me ha confiado. La carga de las necesidades de nuestras ciudades ha descansado tan pesadamente sobre mí que en ciertas oportunidades me he sentido morir. Quiera el Señor conceder sabiduría a nuestros hermanos para que sepan llevar a cabo la obra en armonía con la voluntad del Señor.—Manuscrito 13, 1910. Ev 30.1

Millones han de oír el mensaje—Debe trabajarse en las ciudades. Los millones que viven en estos centros congestionados han de oír el mensaje del tercer ángel. Esta obra debiera haberse desarrollado rápidamente durante los últimos pocos años.—The Review and Herald, 5 de julio de 1906. Ev 30.2