El Evangelismo

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Dificultades crecientes

Avancemos con esfuerzo creciente—Estamos acercándonos al gran conflicto final. Todo movimiento de avance que se efectúe ahora debe ser hecho con esfuerzo creciente; pues Satanás está obrando con todo su poder para aumentar las dificultades de nuestro camino. El trabaja con todo engaño de iniquidad para asegurar las almas de los hombres. Se me ha encargado que diga a los ministros del Evangelio y a nuestros médicos misioneros: Avanzad. La obra que debe hacerse exige abnegación a cada paso, pero avanzad.—Carta 38, 1908. Ev 26.6

No hay tiempo que perder—No tenemos tiempo que perder. El fin está cerca. El viajar de lugar en lugar para difundir la verdad quedará pronto rodeado de peligros a diestra y siniestra. Se pondra todo obstáculo en el camino de los mensajeros del Señor, para que no puedan hacer lo que les es posible hacer ahora. Debemos mirar bien de frente nuestra obra y avanzar tan rápidamente como sea posible en una guerra agresiva. Por la luz que Dios me ha dado, sé que las potestades de las tinieblas están obrando con intensa energía desde abajo, y con paso furtivo Satanás está avanzando para sorprender a los que duermen ahora, como un lobo que se apodera de su presa. Tenemos amonestaciones que podemos dar ahora, una obra que podemos hacer ahora; pero pronto ello será más difícil de lo que podemos imaginarnos. Dios nos ayude a mantenernos donde brilla la luz, a obrar con nuestros ojos fijos en Jesús nuestro Caudillo, y a avanzar paciente y perseverantemente hasta ganar la victoria.—Joyas de los Testimonios 2:376 (1900). Ev 27.1

La evangelización de las ciudades se torna más difícil—No nos damos cuenta hasta qué grado las agencias satánicas están trabajando en estas grandes ciudades. La obra de colocar el mensaje de la verdad presente ante el pueblo está llegando a ser cada vez más difícil. Es esencial que talentos nuevos y variados se unan en una labor inteligente en favor del pueblo.—Medical Ministry, 300 (1909). Ev 27.2

Se ha desaprovechado el tiempo oportuno—Hay que llevar a cabo una obra grandiosa. El Espíritu Santo me ha instado a decir a los que se dedican a la obra del Señor, que se ha desaprovechado el tiempo favorable para predicar nuestro mensaje en las ciudades, y que esta obra no se ha realizado. Me siento preocupadísima por la idea de que ahora debemos redimir el tiempo.—Manuscrito 62, 1903. Ev 27.3

La obra que la iglesia no ha hecho en tiempos de paz y prosperidad, tendrá que hacerla durante una terrible crisis, en las circunstancias más desalentadoras y prohibitivas.—Joyas de los Testimonios 2:164 (1885). Ev 27.4

El Espíritu de Dios se está retirando gradualmente—Estamos viviendo en el tiempo del fin. El presto cumplimiento de las señales de los tiempos proclama la inminencia de la venida de nuestro Señor. La época en que vivimos es importante y solemne. El Espíritu de Dios se está retirando gradual pero ciertamente de la tierra. Ya están cayendo juicios y plagas sobre los que menosprecian la gracia de Dios. Las calamidades en tierra y mar, la inestabilidad social, las amenazas de guerra, como portentosos presagios, anuncian la proximidad de acontecimientos de la mayor gravedad. Ev 27.5

Los agentes del mal se coligan y acrecen sus fuerzas para la gran crisis final. Grandes cambios están a punto de producirse en el mundo, y los movimientos finales serán rápidos.—Joyas de los Testimonios 3:280 (1909). Ev 28.1

El espíritu de guerra agita las naciones—Pruebas terribles esperan al pueblo de Dios. El espíritu de guerra agita las naciones desde un cabo de la tierra hasta el otro.—Joyas de los Testimonios 3:285 (1909). Ev 28.2

Antes de que se cierren las puertas que ahora están abiertas—Repetidas veces se me ha indicado que presente a nuestras iglesias la obra que debería realizarse en las ciudades populosas. Debe efectuarse una gran obra, no solamente donde tenemos iglesias establecidas sino también en los lugares donde la verdad no ha sido presentada plenamente. En el mismo lugar donde vivimos hay paganos tan ciertamente como en los países lejanos. Hay que tomar las disposiciones necesarias para llegar hasta ellos con la verdad para este tiempo; y esas disposiciones hay que adoptarlas de inmediato... Ev 28.3

Con frecuencia se nos ha dicho que nuestras ciudades deben escuchar el mensaje, pero somos sumamente lentos en obedecer esa instrucción. Vi a Uno que estaba en pie con los brazos extendidos en una plataforma elevada. Se volvió y señaló en todas direcciones diciendo: “Hay un mundo que perece en la ignorancia de la santa ley de Dios, y los adventistas del séptimo día están durmiendo. El Señor pide más obreros, porque hay una gran obra que debe realizarse. Deben efectuarse conversiones que añadirán a la iglesia a los que serán salvos. Hay que llegar hasta los hombres y las mujeres que viven a lo largo de las rutas principales y de los caminos menos transitados... Ev 28.4

Estamos muy lejos de seguir la luz que Dios nos ha dado concerniente a la obra en las ciudades populosas. Se está aproximando el tiempo cuando se dictarán leyes que cerrarán puertas que ahora están abiertas al mensaje. Debemos levantarnos para realizar un esfuerzo ferviente ahora cuando los ángeles de Dios están esperando para asistir con su ayuda maravillosa a todos los que deseen trabajar para despertar las conciencias en lo que atañe a la justicia, la temperancia y el juicio que está por sobrevenir.—Manuscrito 7, 1908. Ev 28.5

Trabajad mientras podáis hacerlo—Hermanos míos, entrad en las ciudades mientras podáis hacerlo. En las ciudades donde ya se ha predicado hay muchos que nunca han oído el mensaje de la verdad. Algunas personas que lo han escuchado se han convertido, y otras han muerto en la fe. Sin embargo, hay muchas otras que escucharían y aceptarían el mensaje de salvación si se les ofreciera la oportunidad de hacerlo... Estos, que constituyen nuestros últimos esfuerzos en favor de la obra de Dios aquí en la tierra, deben llevar con toda claridad el sello de lo divino.—Manuscrito 7, 1908. Ev 29.1