El Evangelismo

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Capítulo 10—La confirmación y retención de los nuevos conversos

Métodos para atender el interés

La segunda serie de reuniones—Cuando se presentan por primera vez los argumentos de la verdad presente, es difícil fijar los puntos en la mente. Y aun cuando algunos pueden comprender lo suficiente como para decidirse, se necesita, con todo, repasar el mismo terreno y dar otro ciclo de conferencias.—Carta 60, 1886. Ev 246.1

Hay que fijar la verdad—Después de haber realizado en un lugar los primeros esfuerzos en favor de la verdad por medio de una serie de conferencias, una segunda serie en realidad sería más necesaria que la primera. La verdad resulta algo nuevo y asombroso, de manera que la gente necesita que se la vuelva a presentar con el fin de captar los conceptos con claridad y de fijar las ideas en la mente.—Carta 48, 1886. Ev 246.2

La importancia de repetir los puntos de la verdad—Si los que ya conocen la verdad y están establecidos en ella necesitan realmente que se mantenga siempre ante ellos su importancia, y que sus mentes sean activadas por la repetición de la misma, cuán importante es que esta obra no se descuide en favor de los recién venidos a la fe. Todas las cosas, en lo relativo a la interpretación de las Escrituras, son nuevas y extrañas para ellos, y estarán en peligro de perder la fuerza de la verdad y recibir ideas incorrectas. En muchos esfuerzos que se han realizado, la obra ha sido dejada incompleta.—Carta 60, 1886. Ev 246.3

Planes cuidadosos para las reuniones de confirmación—Puede ser aconsejable cambiar la ubicación y reunir nuevas congregaciones, pero cuando Ud. lleve a cabo una segunda serie de conferencias, realícela en forma tan perfecta como si la primera serie no se hubiese presentado. Hay que poner en acción todos los talentos de los obreros. Desempéñese cada uno lo mejor que pueda y tenga una parte enérgica en la obra y en el servicio de Dios. Ev 246.4

Hay diferentes clases de trabajo que deben realizarse. Las almas son preciosas para Dios; educadlas, enseñadles, cuando abrazan la verdad, a llevar responsabilidades. El que ve el fin desde el principio, que puede fructificar la semilla, estará con Ud. en sus esfuerzos.—Carta 48, 1886. Ev 246.5

Un ejemplo de una obra cabal de confirmación—Nuestra reunión había terminado. Desde el primer día (el 21 de octubre) hasta el momento presente (10 de noviembre), el interés no ha disminuido. En la primera reunión la gran carpa estaba repleta, y fuera de ella había mucha gente. Ev 246.6

En las tardes del sábado, domingo y miércoles hablé seis veces a la gente que se había reunido, y cinco veces a nuestra propia congregación acerca de temas diferentes. Tuvimos un trabajo ministerial excelente... Se habló la palabra sin vacilaciones ni decaimiento, sino con la manifestación del Espíritu y de su poder. El interés de la gente fue superior a cualquier cosa que hayamos visto en otras series de evangelización en este país. Nos sentimos muy agradecidos al Señor por esta oportunidad de dar a conocer la luz de la verdad presente. Tal como ocurrió en los días de Cristo, la gente ahora escucha y queda asombrada y cautivada. El testimonio que se oye: “Hasta ahora nunca había oído nada parecido. ¡Cómo quisiera haber escuchado antes estas cosas! Nunca imaginé que tales cosas estuviesen en la Biblia. Comprendo que lo que debo hacer es investigar las Escrituras como no lo había hecho hasta ahora”. Ev 247.1

La Palabra de Dios ha sido en realidad como una espada, penetrante y poderosa. La multitud escuchaba con interés durante una o dos horas sin mostrar señales de cansancio. Me siento tan feliz y estoy tan agradecida por esto. Alabo al Señor con el corazón, el alma y la voz... Ev 247.2

Hay varios obreros ocupados en cultivar el interés en Stanmore. Este interés no ha disminuido. La carpa grande ha sido enviada a Melbourne. La carpa de trece metros está siendo agrandada para acomodar a tanta gente como sea posible, y ésta será utilizada aquí. Se ha alquilado una casa para alojar a los obreros y han preparado una pieza para mí. Si estoy en condiciones de hacerlo, probablemente iré a Sydney esta semana para unirme a los obreros. Debemos hacer todo lo posible porque esta serie de conferencias sea todo un éxito. El pastor Haskell escribe con entusiasmo acerca de la obra en el lugar donde él está y dice que el interés no ha disminuido.—Carta 27, 1897. Ev 247.3

El desarrollo de un interés creado—Los obreros que pueden venir a trabajar después de haber sido creado el interés, pueden ser hombres que tengan aún menos habilidad que los que han comenzado la obra; pero si son humildes hombres de Dios, pueden presentar la verdad de una manera tal que despierte e impresione los corazones de algunos que hasta ese momento no habían sido tocados. El Señor revela la verdad a mentes distintas con aspectos diferentes, de manera que por la presentación que hace un hombre de algún punto de la verdad, ésta resulta más aclarada que por la presentación de otro hombre, y por esta misma razón el Señor no permite que un solo hombre tenga a su cargo la obra de tratar con las mentes humanas... Ev 247.4

Uno puede realizar su parte del trabajo hasta donde le es posible, y entonces el Señor enviará a otro de sus obreros para hacer otra parte de la obra, que el primer obrero pensó que no era necesario efectuar, y que sin embargo era esencial para que la obra se realizara. Por lo tanto, nadie piense que es su deber comenzar y llevar adelante una obra enteramente por sí mismo. Siendo posible que el Señor tenga otros dones en otros obreros que trabajen por la conversión de las almas, coopere gustosamente con los demás.—Manuscrito 21, 1894. Ev 248.1

Instrúyase cabalmente a los nuevos conversos—Nuestros esfuerzos no han de cesar porque las reuniones públicas hayan sido suspendidas por un tiempo. Durante todo el tiempo que haya interesados, debemos dar a éstos la oportunidad de aprender la verdad. Y los nuevos conversos necesitarán ser instruidos por fieles maestros de la Palabra de Dios, para que aumenten en conocimiento y en amor a la verdad, y crezcan hasta la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús. Deben estar ahora rodeados por las influencias más favorables al crecimiento espiritual.—The Review and Herald, 14 de febrero de 1907. Ev 248.2

Desarrollad los talentos locales—Haced la obra de evangelista: regad y cultivad la semilla sembrada. Cuando se ha levantado una nueva iglesia, ésta no debe dejarse sin ayuda. El pastor debe desarrollar los talentos de la iglesia, para que las reuniones puedan continuar realizándose con provecho. A Timoteo se le ordenó ir de una iglesia a otra como alguien que debía hacer esta clase de obra y consolidar a las iglesias en la santísima fe. El había de hacer obra de evangelista, y ésta es una tarea aún más importante que la de los pastores. Había de predicar la Palabra, pero no debía radicarse en una sola iglesia.—The Review and Herald, 28 de septiembre de 1897. Ev 248.3

Visitad a menudo a los miembros nuevos—La obra no debe dejarse prematuramente. Tratad de que todos comprendan la verdad, sean establecidos en la fe, e interesados en todo ramo de la obra, antes de dejarlos para ir a otro campo. Y entonces, a semejanza del apóstol Pablo, visitadlos a menudo para ver cómo siguen. ¡Oh, la obra descuidada que ha sido hecha por muchos que pretenden ser comisionados por Dios para predicar su Palabra, hace que los ángeles lloren!—Testimonies for the Church 5:256 (1885). Ev 248.4

Línea sobre línea, precepto sobre precepto—No es solamente por la predicación como ha de hacérselo. Se necesita mucho menos predicación. Más tiempo debe dedicarse a educar pacientemente a los demás, dando a los oyentes la oportunidad de expresarse. Es instrucción lo que muchos necesitan, línea sobre línea, precepto sobre precepto, aquí un poco y allá otro poco. Ev 248.5

Pero es muy difícil impresionar la mente de nuestros hermanos que ministran, con la idea de que los sermones solos no pueden realizar la obra que necesitan nuestras iglesias. Se requieren esfuerzos personales; son esenciales para la prosperidad de los individuos y de las iglesias.—Manuscrito 7, 1891. Ev 249.1

Ayúdese a comenzar la nueva vida—Dondequiera que se despierte un interés como el que ha surgido en----, hay que elegir a hombres que posean una capacidad óptima para que colaboren en la tarea. Estos deben emprender con todo entusiasmo el trabajo de visitar a la gente y de dar estudios bíblicos a los que acaban de aceptar la fe y a los que manifiestan interés, esforzándose por establecerlos en la fe. Los nuevos creyentes deben ser instruidos cuidadosamente para que posean un conocimiento bien fundado acerca de los distintos aspectos de la obra encomendada a la iglesia de Cristo. No hay que dejar solas a una o dos personas para que soporten todo el peso de ese trabajo. Ev 249.2

Es mucho lo que depende del trabajo hecho por los miembros de la iglesia en relación con las reuniones de evangelización que se llevarán a cabo en nuestras ciudades y con las actividades derivadas de ellas. Durante las reuniones, muchas personas que son convencidas por el Espíritu, pueden experimentar vivamente el deseo de comenzar a vivir la vida cristiana; pero a menos que los obreros encargados de cultivar el interés ejerzan una vigilancia constante, las impresiones positivas realizadas en las mentes de la gente se tornarán indistintas. El enemigo, provisto de abundantes razonamientos sutiles, aprovechará cada descuido de los obreros de Dios en la tarea de velar por las almas con el celo de quienes deben rendir cuenta de ese deber.—The Review and Herald, 2 de marzo de 1905. Ev 249.3

Cread un baluarte alrededor de los nuevos conversos—Cuando se han realizado las decisiones, las fuerzas de los poderes de las tinieblas se apoderan de las mentes que han sido convictas de culpa pero que han resistido la persuasión del Espíritu Santo. Han aceptado sus creencias a ciegas, y Satanás obra en esas mentes hasta que se apodera de ellas una intensa oposición a la verdad y a todos los que la creen, y llegan a pensar que están al servicio de Dios, tal como Cristo nos dijo: “Cualquiera que os mate, pensará que rinde servicio a Dios”. Juan 16:2. Ev 249.4

Tal es el ardor que manifiestan. ¿Pero dónde está el ardor de los que pertenecen al otro grupo? Uníos con el Espíritu para rodear a nuestro pueblo y a nuestros jóvenes con un baluarte, para educarlos y prepararlos. Debemos hacer esto, y debemos hacer avanzar la verdad de Dios a cualquier costo. Nosotros entendemos algo acerca de esto, pero hay muchos que no comprenden nada, y por lo tanto debemos guiarlos e instruirlos bondadosamente y con ternura, y si el Espíritu de Dios está con nosotros, sabremos qué es lo que debemos decir.—Manuscrito 42, 1894. Ev 249.5

Comprensión del propósito abarcante de Dios—El estudiante debería aprender a mirar la Biblia como un todo y a ver la relación de sus partes. Debería adquirir el conocimiento de su gran tema central, del propósito original de Dios para con el mundo, el comienzo de la gran controversia, y de la obra de la redención. Debería comprender la naturaleza de los dos principios que luchan por la supremacía y aprender a rastrear su obra a través de los sucesos de la historia y la profecía, hasta la gran consumación. Debería observar cómo interviene esta controversia en todos los aspectos de la vida humana; cómo revela él mismo en cada acto de la vida uno u otro de ambos motivos antagónicos; y cómo, lo quiera o no, ahora mismo está decidiendo en qué lado de la controversia ha de ser hallado.—La Educación, 185 (1903). Ev 250.1

Enseñad a los nuevos creyentes cómo hacer frente al enemigo—Es un procedimiento pobre el dejar a unos pocos conversos aquí y allá sin alimento y sin cuidado, como presa para los lobos rapaces, o para que sean el blanco sobre el cual el enemigo abra fuego. Se me ha mostrado que ha habido mucho de esta clase de obra hecha entre nuestros hermanos. Campos promisorios han sido arruinados para futuros esfuerzos, al iniciar la campaña evangélica en forma prematura, sin contar el costo, y al dejar la obra a medio terminar. Debido a que han dado un ciclo de conferencias, detienen la obra, se apresuran a un campo nuevo para hacer la obra a medias allá, y estas pobres almas que tienen un ligero conocimiento de la verdad son dejadas sin que se tomen las medidas apropiadas para confirmarlas y establecerlas en la fe, educándolas como soldados bien adiestrados que sepan hacer frente a los ataques del enemigo y vencerlo.—Carta 60, 1886. Ev 250.2