El Evangelismo

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Predicación profética que cautiva la atención

Llamad la atención a las profecías—Los seguidores de Cristo han de combinarse en un poderoso esfuerzo para llamar la atención del mundo a las profecías de la Palabra de Dios que se cumplen rápidamente.—Manuscrito 38, 1905. Ev 145.2

La profecía sola tiene la respuesta a las preguntas de las personas pensadoras—Las profecías que el gran yo soy dio en su Palabra nos dicen dónde estamos hoy en la procesión de los siglos y lo que puede esperarse en el tiempo futuro. Todo lo que la profecía predijo como habiendo de acontecer hasta el momento actual, se lee cumplido en las páginas de la historia, y podemos tener la seguridad de que todo lo que falta por cumplirse se realizará en su orden. Ev 145.3

Hoy las señales de los tiempos declaran que estamos en el umbral de grandes y solemnes acontecimientos. En nuestro mundo, todo está en agitación. Ante nuestros ojos se cumple la profecía por la cual el Salvador anunció los acontecimientos que preceden su venida: “Y oiréis guerras, y rumores de guerras... Se levantará nación contra nación, y reino contra reino; y habrá pestilencias, y hambres, y terremotos por los lugares”. Mateo 24:6, 7. Ev 145.4

El momento actual es de interés para todos los que viven. Los gobernantes y estadistas, los hombres que ocupan puestos de confianza y autoridad, los hombres y mujeres pensadores de todas las clases, tienen fija su atención en los acontecimientos que se producen en derredor nuestro. Observan las relaciones que existen entre las naciones. Observan la intensidad que se apodera de todo elemento terrenal, y reconocen que algo grande y decisivo está por acontecer, que el mundo se encuentra en víspera de una crisis estupenda. Ev 145.5

La Biblia, y tan sólo la Biblia presenta una visión correcta de estas cosas. En ella se revelan las grandes escenas finales de la historia de nuestro mundo, acontecimientos que ya se anuncian, y cuya aproximación hace temblar la tierra y desfallecer los corazones de los hombres.—La Historia de Profetas y Reyes, 394 (1916). Ev 146.1

Tocad la trompeta con un sonido afinado—Hay muchas personas que no comprenden las profecías que se refieren a estos días, y por lo tanto deben ser ilustradas. Es el deber de los centinelas y los laicos dar a la trompeta un sonido certero. Manifestad fervor; “clama a voz en cuello, no te detengas; alza tu voz como trompeta, y anuncia a mi pueblo su rebelión, y a la casa de Jacob su pecado”. Isaías 58:1.—Carta 1, 1875. Ev 146.2

Acumulad las nítidas verdades proféticas—Los peligros de los últimos días están sobre nosotros, y en nuestro trabajo hemos de amonestar a la gente acerca del peligro en que está. No se dejen sin tratar las solemnes escenas que la profecía ha revelado. Si nuestros hermanos estuvieran despiertos, aunque fuera a medias, si se dieran cuenta de la cercanía de los sucesos descriptos en el Apocalipsis, se realizaría una reforma en nuestras iglesias, y muchos más creerían el mensaje. Ev 146.3

No tenemos tiempo que perder; Dios nos pide que velemos por las almas como quienes han de dar cuenta. Presentad nuevos principios, y acumulad la clara verdad. Ella será como espada de doble filo. Pero no os manifestéis demasiado dispuestos a asumir una actitud polémica. Hay ocasiones en que hemos de quedar quietos para ver la salvación de Dios. Dejad que hablen Daniel y el Apocalipsis, y digan cuál es la verdad. Pero sea cual fuere el aspecto del tema que se presente, ensalzad a Jesús como el centro de toda esperanza, “la raíz y el linaje de David, la estrella resplandeciente de la mañana”.—Testimonios para los Ministros, 118 (1896). Ev 146.4

De una manera nueva e impresionante—No permitáis que la enseñanza se efectúe de una forma seca y abstracta, que ha sido la manera de enseñar en demasiados casos, mas presentad las verdades de la Palabra de Dios de una manera nueva e impresionante... Ev 146.5

El libro del Apocalipsis debe ser abierto ante la gente. A muchos se les ha enseñado que es un libro sellado; pero es un libro sellado únicamente para aquellos que rechazan la luz y la verdad. La verdad que contiene debe ser proclamada, a fin de que la gente tenga una oportunidad de prepararse para los acontecimientos que pronto han de ocurrir. El mensaje del tercer ángel debe ser presentado como la única esperanza para la salvación de un mundo que perece.—Carta 87, 1896. Ev 146.6

Tres mensajes importantes—El tema de mayor importancia es el mensaje del tercer ángel que abarca los mensajes del primero y del segundo ángeles. Todos deben entender las verdades contenidas en estos mensajes y demostrarlos en la vida diaria, porque esto es esencial para la salvación. Tendremos que estudiar con fervor y con oración a fin de comprender estas grandes verdades; y nuestro poder para aprender y comprender, será esforzado hasta el extremo.—Carta 97, 1902. Ev 147.1

La profecía como fundamento de nuestra fe—Los predicadores deben presentar la segura palabra profética como fundamento de la fe de los adventistas del séptimo día. Deben estudiar detenidamente las profecías de Daniel y del Apocalipsis, y en relación con ellas las palabras: “He aquí el Cordero de Dios que quita el pecado del mundo”. Ev 147.2

El capítulo 24 de Mateo me ha sido presentado repetidas veces como algo a que debe ser atraída la atención de todos. Vivimos hoy en el tiempo en que las predicciones de este capítulo se están cumpliendo. Expliquen nuestros predicadores y maestros estas profecías a aquellos a quienes instruyen. Excluyan de sus discursos los asuntos de menor importancia, y presenten las verdades que decidirán el destino de las almas.—Obreros Evangélicos, 154 (1915). Ev 147.3

Verdades que conciernen a todos los que viven hoy en día—Hemos de proclamar al mundo las grandes y solemnes verdades del Apocalipsis. Estas verdades han de entrar en la misma trama y principios de la iglesia de Dios. Se pronuncia una bendición sobre los que prestan la debida consideración a esta comunicación. La bendición es prometida para estimular el estudio de este libro. De ninguna manera hemos de cansarnos de estudiarlo debido a sus símbolos aparentemente místicos. Cristo puede darnos comprensión... Ev 147.4

Debe haber un estudio más completo y más diligente del Apocalipsis, y una presentación más fervorosa de las verdades que contiene: verdades que conciernen a todos los que viven en estos últimos días.—Manuscrito 105, 1902. Ev 147.5

Un mensaje para todo el mundo—La visión que Cristo le presentó a Juan, en la cual aparecen los mandamientos de Dios y la fe de Jesús, ha de ser definidamente proclamada a toda nación, pueblo y lengua. Las iglesias, representadas por Babilonia, aparecen como caídas de su estado espiritual, para convertirse en un poder perseguidor contra los que guardan los mandamientos de Dios y tienen el testimonio de Jesucristo. A Juan le fue presentado este poder perseguidor como una bestia que tenía cuernos semejantes a los de un cordero, pero que hablaba como dragón.—Testimonios para los Ministros, 117 (1896). Ev 147.6

La respuesta de la congregación—Las reuniones del Hno. ----- contaban con buena asistencia, y la gente escuchaba sus palabras con enorme interés; el interés duró desde el principio hasta el fin. Con su Biblia en su mano y fundamentando todos sus argumentos en la Palabra de Dios, el Hno. ----- les presentó las profecías de Daniel y el Apocalipsis. Sus propias palabras fueron pocas, porque hizo que las Escrituras mismas explicaran la verdad al pueblo. Después de presentarles la verdad, el pastor ----- pedía que la congregación expresase sus opiniones. El decía: “Ahora, las personas que han captado la verdad de lo que estoy diciendo, sírvanse levantar la mano”. Y en respuesta a esto muchas se levantaron. Puedo presentaros tan sólo inadecuadamente el interés que su obra a suscitado.—Carta 400, 1906. Ev 148.1

La actitud moderna hacia la verdad profética—Como antiguamente, se oponían al testimonio claro de la Palabra de Dios con la pregunta: “¿Ha creído en él alguno de los príncipes, o de los Fariseos?” Y al ver cuán difícil era refutar los argumentos de los pasajes proféticos, muchos dificultaban el estudio de las profecías, enseñando que los libros proféticos estaban sellados y que no se podían entender. Multitudes que confiaban implícitamente en sus pastores, se negaron a escuchar el aviso, y otros, aunque convencidos de la verdad, no se atrevían a proclamarlo, “por no ser echados de la sinagoga”. El mensaje que Dios había enviado para probar y purificar la iglesia reveló con exagerada evidencia cuán grande era el número de los que habían concentrado sus afectos en este mundo más bien que en Cristo. Los lazos que los unían a la tierra eran más fuertes que los que los atraían hacia el cielo. Prefirieron escuchar la voz de la sabiduría humana y no hicieron caso del mensaje de la verdad destinado a escudriñar los corazones.—El Conflicto de los Siglos, 430, 431 (1888). Ev 148.2

Familiarizados con toda línea de la historia profética—Aquellos jóvenes que deseen dedicarse al ministerio, o que ya lo hayan hecho, deben familiarizarse con toda línea de la historia profética.—Obreros Evangélicos, 103 (1915). Ev 148.3

Luz acrecentada sobre las profecías—Brillará una luz acrecentada sobre todas las grandes verdades de la profecía, y serán comprendidas con frescura y brillantez, porque los radiantes rayos del Sol de justicia iluminarán todo el conjunto. Ev 148.4

¿Creemos que estamos llegando a la crisis, que estamos viviendo en las últimas escenas de la historia de la tierra? ¿Nos despertaremos ahora para hacer la obra que este tiempo exige, o esperaremos a que las cosas que yo he presentado ocurran?—Manuscrito 18, 1888. Ev 148.5

Profecías ya hechas claras—El Señor desea que todos comprendan su trato providencial ahora, precisamente ahora, en el tiempo en que vivimos. No debe haber largas discusiones que presenten nuevas teorías con respecto a las profecías que Dios ya ha aclarado. La gran obra de la cual el alma no debe ser desviada ahora, es la consideración de nuestra seguridad personal a la vista de Dios. ¿Están nuestros pies sobre la Roca de los siglos? ¿Estamos escondiéndonos en nuestro único Refugio? La tormenta viene, inexorable en su furia. ¿Estamos preparados para hacerle frente? ¿Somos uno con Cristo así como él es uno con el Padre?. ¿Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo? ¿Estamos trabajando en sociedad con Cristo?—Manuscrito 32a, 1896. Ev 149.1

Enseñad lecciones acerca de Cristo—El apóstol presenta un solemne cometido a cada ministro del Evangelio. Los insta delante de Dios y del Señor Jesucristo, que han de juzgar a los vivos y a los muertos, a predicar la Palabra, sin manifestar preferencia por las profecías y las partes argumentativas de las Escrituras, sino por las lecciones principales y más notables que son las que nos ha dado Jesucristo mismo.—Manuscrito 13, 1888. Ev 149.2