El Ministerio de Curación

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Lo falso y lo verdadero en la educación

La inteligencia maestra en la confederación del mal obra siempre para ocultar las palabras de Dios y hacer resaltar las opiniones de los hombres. Se propone que no oigamos la voz de Dios, que nos dice: “Este es el camino, andad por él.” Isaías 30:21. Valiéndose de perversos sistemas de educación hace cuanto puede por obscurecer la luz del cielo. MC 346.1

La especulación filosófica y la investigación científica que no reconocen a Dios están haciendo millares de escépticos. En las escuelas de hoy las conclusiones a las cuales llegaron hombres instruídos como resultado de sus investigaciones científicas se enseñan con empeño y se explican detenidamente, de modo que se implante bien clara la impresión de que si esos eruditos tienen razón, la Biblia no puede tenerla. El escepticismo atrae a la inteligencia humana. La juventud ve en él una independencia que cautiva la imaginación, y es víctima del engaño. Satanás triunfa. Nutre toda semilla de duda que sembró en los corazones jóvenes. La hace crecer y llevar fruto, y pronto se recoge una abundante cosecha de incredulidad. MC 346.2

Precisamente porque el corazón humano se inclina al mal resulta peligroso arrojar semillas de escepticismo en la inteligencia de los jóvenes. Todo lo que debilita la fe en Dios arrebata al alma el poder de resistir a la tentación. La despoja de su única salvaguardia contra el pecado. Necesitamos escuelas en que se enseñe a la juventud que la grandeza consiste en honrar a Dios manifestando su carácter en la vida diaria. Necesitamos aprender de Dios, por medio de su Palabra y sus obras, para que nuestra vida realice los designios divinos. MC 346.3