La Fe por la Cual Vivo

7/366

Toda la Biblia es inspirada, 6 de enero

Toda Escritura es inspirada divinamente y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instituir en justicia. 2 Timoteo 3:16. FV 14.1

“La Palabra de Dios incluye las escrituras del Antiguo Testamento así como las del Nuevo. El uno no es completo sin el otro.”—Sketches From the Life of Paul, 117. FV 14.2

“El Antiguo Testamento, no menos que el Nuevo, debe recibir atención. Mientras estudiemos el Antiguo Testamento, hallaremos fuentes vivas que borbotean donde el lector negligente discierne solamente un desierto.”—Consejos para los Maestros Padres y Alumnos acerca de la Educación Cristiana, 355. FV 14.3

“Cristo, tal como fue manifestado por los patriarcas, simbolizado en el servicio expiatorio, pintado en la ley y revelado por los profetas, constituye las riquezas del Antiguo Testamento. Cristo en su vida, en su muerte y en su resurrección, Cristo tal como lo manifiesta el Espíritu Santo, constituye los tesoros del Nuevo Testamento. Nuestro Salvador, el resplandor de la gloria del Padre, pertenece tanto al Viejo como al Nuevo Testamento. FV 14.4

“El Antiguo Testamento arroja luz sobre el Nuevo, y el Nuevo sobre el Viejo. Cada uno de ellos es una revelación de la gloria de Dios en Cristo. Ambos presentan verdades que revelarán continuamente nuevas profundidades de significado para el estudiante fervoroso.”—Sketches From the Life of Paul, 118, 119. FV 14.5

“Sí, la Biblia entera nos habla de Cristo. Desde el primer relato de la creación ... hasta la promesa final, ‘He aquí vengo presto,’ estamos leyendo de sus obras y escuchando su voz. Si queréis familiarizaros con Cristo estudiad las Sagradas Escrituras.”—El Camino a Cristo, 65. FV 14.6