El Colportor Evangélico

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Evitar la literatura frívola y excitante

El mundo está inundado de libros que sería mejor quemarlos que hacerlos circular. Libros que tratan de la guerra con los indios y temas similares, publicados y vendidos como un medio para ganar dinero, sería mejor que nunca fueran leídos. Hay una fascinación satánica en estos libros. El relato de crímenes y atrocidades que afligen el corazón tiene un encanto particular sobre muchos jóvenes, porque aguzan en ellos el deseo de llegar a ser célebres, aun por medio de los hechos más inicuos. Hay muchas obras, más estrictamente históricas, cuya influencia es un poco mejor. Las enormidades, las crueldades, las prácticas licenciosas presentadas en estos escritos, han obrado como levadura en muchas mentes induciéndolas a la perpetración de actos semejantes. Los libros que bosquejan hechos satánicos en los seres humanos están, de ese modo, publicitando las obras malignas. Los detalles horribles del crimen y de la miseria no deben ser repetidos, y nadie que crea en la verdad para este tiempo debe tomar parte en perpetuar su memoria. CE 148.1

Las historias de amor y los cuentos frívolos y excitantes constituyen otra clase de libros que son toda una maldición para cualquier lector. Bien puede el autor agregarle una buena moraleja y entretejer por toda ella sentimientos religiosos; no obstante, en la mayoría de los casos, no es otro que Satanás el que está vestido con vestiduras de ángel para engañar y seducir con mayor eficacia. La mente es afectada en gran manera por el alimento que se le da. Los lectores de cuentos frívolos y excitantes llegan a hacerse ineptos para los deberes que se extienden delante de ellos. Llevan una vida irreal, y no tienen ningún deseo de dedicarse a una ocupación útil o de investigar las Escrituras para alimentarse del maná celestial. La mente se debilita y pierde su poder de contemplar los grandes problemas del deber y del destino. CE 148.2

Se me ha instruido que la juventud está expuesta al mayor peligro por las malas lecturas. Satanás constantemente está atrayendo tanto a los jóvenes como a los de edad madura para lograr que hallen encantos en relatos sin valor. Si se pudiera quemar buena parte de los libros publicados, se evitaría una plaga que está haciendo una obra terrible en debilitar la mente y corromper el corazón. Nadie puede creerse tan firme en los sanos principios que pueda sentirse a salvo de la tentación. Toda esta lectura trivial debería ser resueltamente descartada. CE 149.1

No tenemos permiso del Señor para ocuparnos en la impresión o en la venta de semejantes publicaciones, porque es el medio para destruir a mucha gente. Yo sé de qué estoy escribiendo; porque este asunto me ha sido presentado. Que los que creen la verdad no se ocupen en esta obra, pensando hacer dinero. El Señor echará su maldición sobre el dinero así obtenido; más será lo que él esparza que lo que se recoja.—Manual for Canvassers, 51-53 (1902). CE 149.2