El Colportor Evangélico

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Que nunca falte el ánimo

No permitan que decaiga vuestro valor. Nunca hablen de incredulidad por causa de que las apariencias están contra ustedes. Mientras trabajen para el Maestro sentirán la presión de la falta de fondos, pero el Señor escuchará y contestará sus peticiones en demanda de ayuda. Que vuestro lenguaje sea: “Porque Jehová, el Señor, me ayuda, no me avergoncé; por eso he puesto mi rostro como un pedernal, y que no seré avergonzado”. Isaías 50:7.—Testimonios para la Iglesia 7:232 (1902). CE 120.1

Estemos llenos de esperanza y de valor. El desánimo en el servicio del Señor es irracional y pecaminoso. Dios conoce cada una de nuestras necesidades. Él posee la omnipotencia. Puede conceder a sus siervos la medida de eficiencia que necesitan según su situación.—Joyas de los Testimonios 3:221, 222 (1904). CE 120.2

Sean fuertes, y hablen con esperanza. Esfuércense frente a los obstáculos. Han entrado en un matrimonio espiritual con Cristo Jesús. La Palabra es nuestra seguridad. Acérquense a su Salvador con la plena confianza de la fe viviente, juntando vuestras manos con las suyas. Vayan a donde él los conduzca. Cualquier cosa que él les diga, háganla. Él les enseñará tan gustosamente como a cualquier otra persona.—Testimonios para la Iglesia 6:462 (1900). CE 120.3