El Colportor Evangélico

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Ejercer la fe de Caleb

Fue la fe de Caleb en Dios lo que le dio ánimo, lo que lo libró del temor de los hombres, aun de los grandes gigantes, hijos de Anac, y lo capacitó para mantenerse firme y sin titubeos en defensa del bien. Es de esa misma exaltada fuente, el gran General de las huestes, que cada verdadero soldado de la cruz de Cristo ha de derivar fuerza y valor para vencer los obstáculos que a menudo parecen ser invencibles... Ahora necesitamos hombres de la talla de Caleb... que con valerosas palabras den un informe vigoroso en favor de la acción inmediata.—Testimonios para la Iglesia 6:356, 360, 361 (1885). CE 120.4