El Colportor Evangélico

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Se nos asegura su ayuda

Dios no nos pide que hagamos con nuestra fuerza la obra que nos espera. Él ha provisto ayuda divina para todas las emergencias a las cuales no pueden hacer frente nuestros recursos humanos. Da el Espíritu Santo para ayudarnos en toda dificultad, para fortalecer nuestra esperanza y seguridad, para iluminar nuestra mente y purificar nuestro corazón.—Joyas de los Testimonios 3:209 (1904). CE 108.2

El obrero humilde y eficiente, que responde obedientemente al llamamiento de Dios, puede tener la seguridad de que recibirá la asistencia divina. Sentir una responsabilidad tan grande y santa es en sí mismo elevador para el carácter. Pone en acción las cualidades mentales más elevadas, y su ejercicio continuo fortalece y purifica la mente y el corazón. La influencia ejercida sobre la vida de uno, como sobre la de los demás, es incalculable.—Joyas de los Testimonios 2:555, 556 (1900). CE 108.3