El Colportor Evangélico

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El Espíritu Santo transforma la vida

Cuando el Espíritu de Dios se posesiona del corazón, transforma la vida. Los pensamientos pecaminosos son puestos a un lado, las malas acciones son abandonadas; el amor, la humildad y la paz reemplazan a la ira, la envidia y las contenciones. La alegría reemplaza a la tristeza, y el rostro refleja la luz del cielo.—El Deseado de Todas las Gentes, 144 (1898). CE 109.1