El Colportor Evangélico

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Capítulo 10—Una voz y un lenguaje agradable

El don del habla

De todos los dones que Dios ha concedido a los hombres, ninguno es más precioso que el don del habla. Si está santificado por el Espíritu Santo, es una fuerza para el bien. Con la lengua convencemos y persuadimos; con ella ofrecemos oración y alabanza a Dios; y con ella transmitimos ricos pensamientos acerca del amor del Redentor. Por el uso correcto del don del habla, el colportor puede sembrar en muchos corazones las preciosas semillas de la verdad.—Joyas de los Testimonios 2:552 (1900). CE 73.1

Debe darse más atención al cultivo de la voz. Podemos tener conocimiento, pero a menos que sepamos cómo usar la voz correctamente, nuestra obra será un fracaso. A menos que podamos revestir nuestras ideas de un lenguaje apropiado, ¿de qué valdrá nuestra educación? El conocimiento nos será de poca ventaja a menos que cultivemos el talento del habla; pero es un poder maravilloso cuando está combinado con la capacidad de hablar palabras sabias y útiles, y de pronunciarlas de un modo que capten la atención.—Testimonios para la Iglesia 6:383 (1900). CE 73.2

Jóvenes y señoritas, ¿ha colocado Dios en vuestro corazón el deseo de servirle? Entonces, por todos los medios, cultiven la voz hasta el máximo de su capacidad, de manera que puedan presentar en forma clara la preciosa verdad a los demás (Ibíd.). CE 73.3