El Colportor Evangélico

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Hablar clara y distintamente

Cuando hablen, que cada palabra esté completa y bien modulada, que cada frase sea clara y distinta hasta la palabra final. Muchas personas, al llegar al fin de una sentencia, disminuyen el tono de la voz, hablando en forma tan indistinta que se destruye la fuerza del pensamiento. Las palabras que merecen ser habladas, merecer ser dichas con una voz clara y distinta, con énfasis y expresión. Pero nunca escojan palabras que den la impresión de que son sabios. Cuanto mayor sea vuestra sencillez, mejor se entenderán vuestras palabras (Ibíd.). CE 74.1