El Colportor Evangélico

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Tan importantes como la predicación

El evangelista que se ocupa en la obra del colportaje está realizando un servicio tan importante como el de predicar el evangelio ante una congregación sábado tras sábado. Dios considera al fiel colportor evangélico con tanta aprobación como a cualquier ministro fiel. Ambos obreros tienen luz, y ambos han de brillar en sus respectivas esferas de influencia. Dios pide que todo hombre coopere con el gran Obrero misionero médico, y que salga por los caminos y los vallados. Todo hombre, en su ramo particular de servicio, tiene una obra que hacer para Dios. Tales obreros, si están convertidos, son verdaderos misioneros.—Carta 186, 1903. CE 47.1

Hay quienes se prestan para la obra del colportaje, y pueden realizar más en este ramo que por la predicación. Si el Espíritu de Cristo mora en su corazón, hallarán oportunidad de presentar su Palabra a otros, y de dirigir las mentes a las verdades especiales para este tiempo.—Joyas de los Testimonios 2:541, 542 (1900). CE 47.2