El Colportor Evangélico

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Evitar los puntos controvertidos

Algunos de los que trabajan en el colportaje tienen un celo que no está de acuerdo con el conocimiento. Debido a su falta de sabiduría, debido a que han estado tan inclinados a actuar como ministros y teólogos, ha sido casi necesario imponer restricciones a nuestros colportores. Cuando la voz del Señor pregunta: “¿A quién enviaré y quién irá por nosotros?”, el Espíritu divino induce a los corazones a responder: “Heme aquí, envíame a mí”. Isaías 6:8. Pero recordemos que primero debe tocar nuestros labios el carbón encendido proveniente del altar. Entonces, las palabras que hablemos serán sabias y santas. Entonces tendremos prudencia para saber lo que debe decirse y lo que debe callarse. No procuraremos revelar nuestra capacidad como teólogos. Tendremos cuidado de no despertar un espíritu combativo ni excitar los prejuicios al introducir puntos de doctrina controvertidos. Hallaremos bastante que decir que no excite oposición, cosas que abrirán el corazón para que desee un conocimiento más profundo de la Palabra de Dios. CE 44.3

Listos para dar una respuesta—El Señor desea que ganen a las personas; por lo tanto, aunque no deben imponer a la gente el estudio de las doctrinas, deben estar “siempre preparados para presentar defensa con mansedumbre y reverencia ante todo el que os demande razón de la esperanza que hay en vosotros”. 1 Pedro 3:15. ¿Qué han de temer? Teman que sus palabras tengan un sabor de importancia propia, no sea que hablen en forma imprudente, que sus palabras y maneras no concuerden con la semejanza de Cristo. Relaciónense firmemente con Cristo y presenten la verdad tal cual es en él.—Joyas de los Testimonios 2:543, 544 (1900). CE 45.1