El Colportor Evangélico

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Evaluar las cosas del tiempo y la eternidad

Deténganse en el umbral de la eternidad y oigan la misericordiosa bienvenida dada a quienes en esta vida cooperaron con Cristo y consideraron como un privilegio y un honor sufrir por su causa. Con los ángeles, echan sus coronas a los pies del Redentor, exclamando: “El Cordero que fue inmolado es digno de tomar el poder, las riquezas, la sabiduría, la fortaleza, la honra, la gloria y la alabanza... Al que está sentado en el trono y al Cordero, sea la alabanza, la honra, la gloria y el poder, por los siglos de los siglos”. Apocalipsis 5:12, 13. CE 223.2

Allí los redimidos saludan a quienes los encaminaron hacia el Salvador. Se unen en alabanzas a Aquel que murió para que los humanos gozaran una vida tan duradera como la de Dios. Acabó el conflicto. Concluyeron las tribulaciones y las luchas; al rodear los rescatados el trono de Dios, los cantos de victoria llenan todo el cielo. Todos entonan el alegre coro: “Digno, digno es el Cordero que fue inmolado” y nos rescató para Dios. CE 223.3

“Después de esto miré, y vi una gran multitud, la cual nadie podía contar, de todas las naciones, tribus, pueblos y lenguas. Estaban delante del trono y en la presencia del Cordero, vestidos de ropas blancas y con palmas en sus manos. Clamaban a gran voz, diciendo: ‘La salvación pertenece a nuestro Dios, que está sentado en el trono, y al Cordero’”. Apocalipsis 7:9, 10. CE 224.1

“Éstos son los que han salido de la gran tribulación; han lavado sus ropas y las han blanqueado en la sangre del Cordero. Por eso están delante del trono de Dios y lo sirven día y noche en su templo. El que está sentado sobre el trono extenderá su tienda junto a ellos. Ya no tendrán hambre ni sed, y el sol no caerá más sobre ellos, ni calor alguno, porque el Cordero que está en medio del trono los pastoreará y los guiará a fuentes de aguas vivas. Y Dios enjugará toda lágrima de los ojos de ellos”. Vers. 14-17. “Y ya no habrá más muerte, ni habrá más llanto ni clamor ni dolor, porque las primeras cosas ya pasaron” (21:4). CE 224.2

Necesitamos tener siempre presente esta visión de las cosas invisibles. Así comprenderemos el verdadero valor de las cosas eternas y de las transitorias, y esto nos dará más poder para influir en los demás con el fin de que vivan una vida más elevada. CE 224.3