Elena G. de White en Europa
En la frontera alemana
El incidente que relatamos a continuación, pertenece a una serie de experiencias de viaje que despertaron el innato sentido del humor que poseía la Sra. de White, y debe haberla hecho sonreír siempre que lo recordaba a través de los años: EGWE 145.4
“Estábamos profundamente dormidas cuando, a las tres de la mañana, se detuvieron los coches y el guarda nos informó que habíamos llegado a la frontera alemana, y que todos debíamos pasar por la aduana. Hacía un frío intenso, y el Hno. Kellogg fue a hablar con los funcionarios para pedirles que permitieran a las señoras permanecer en el coche, porque una de ellas estaba enferma, y no se la debía molestar. Pero todo fue inútil; enfermos o sanos, todos debíamos presentarnos para la inspección. Dos funcionarios llegaron a la puerta del vagón, y las otras señoras de nuestro grupo se dispusieron de inmediato a abandonar el coche, pero tan pronto como pisaron la plataforma los funcionarios dijeron: ‘Es suficiente; pueden regresar’. EGWE 145.5
“Sin embargo, no quedaron muy satisfechos con la historia de la mujer enferma. Como yo estaba cubierta con chales y frazadas, evidentemente sospecharon que quizá se trataba de un bulto de mercaderías que nuestro grupo trataba de pasar de contrabando a Alemania. Cundo los funcionarios volvieron a acercarse a nuestra puerta, iluminando el compartimiento con la luz brillante de sus linternas, me senté rápidamente y les dije: ‘Aquí estoy, caballeros, tengan a bien mirar y comprobar que soy una mujer viva’. No sé si entendieron mis palabras, pero prorrumpieron en sonoras carcajadas y dijeron en alemán: ‘Está bien’, y nos dejaron arreglarnos para volver a dormir, si es que lo lográbamos después de esta interrupción inoportuna”.—Ibid. 222. EGWE 146.1
El viaje a través de Alemania y sus ciudades históricas intensificó el interés de Elena G. de White por la historia de la Reforma. Al dirigirse hacia el sur, a Suiza, a través del territorio del Rin, ella se mantuvo alerta para observar los lugares históricos importantes, tal como Colonia y Worms. También procuró “aprender algo acerca de los hábitos y costumbres del pueblo”, que la intrigaban. EGWE 146.2
Finalmente el tren en que viajaba la Sra. de White llegó a Colonia a las ocho de la noche. El hotel quedaba a corta distancia de la catedral: EGWE 146.3
“Producía una linda vista a la luz de la luna. Se dice que es * el edificio gótico más espléndido del mundo. Está construído... en forma de cruz, tiene 135 m de largo, y posee dos torres de 156 m de tura cada una, las más elevadas de Europa”.—Ibid. EGWE 146.4
Pero la ciudad en general era más interesante que la gran catedral, para la sierva del Señor. Al respecto comenta lo siguiente: EGWE 147.1
“Aquí llegó Tyndale desde Hamburgo, para completar la impresión del Nuevo Testamento, con la esperanza de encontrar en este lugar mejores oportunidades para enviar la obra a Inglaterra una vez terminada. Sin embargo, su trabajo no adelantó mucho cuando se descubrió su secreto, y escapó de la ciudad con el tiempo escaso para evitar que las hojas impresas cayeran en manos de los católicos. Un barquito pequeño lo llevó con su preciosa mercancía por el río Rin—la misma ruta que seguiremos nosotros—hasta Worms. Allí completó su gran obra, y por primera vez Inglaterra recibió la Biblia impresa en el idioma de su pueblo”.—Ibid. 222, 223; véase también Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 287-290. EGWE 147.2
Tyndale recibió el Evangelio por medio del Nuevo Testamento griego, publicado por Erasmo. Entonces comenzó a predicar sus convicciones. EGWE 147.3
A la enseñanza católica, de que la Iglesia había dado la Biblia y sólo la iglesia podía explicarla, Tyndale respondió: EGWE 147.4
“¿Saben ustedes quién enseñó a las águilas a buscar sus presas? Bien, el mismo Dios enseña a sus hijos hambrientos a hallar a su Padre en su Palabra. En lugar de habernos dado las Escrituras, vosotros nos las habéis ocultado; habéis quemado a los que las enseñaban y, si pudierais, habríais quemado las Escrituras también” (D’Aubigné, History of the Reformation of the Sixteenth Century, tomo 18, cap. 4). EGWE 147.5
El viaje por tren por la costa del pintoresco río Rin, atravesó Bingen y Maguncia y las ciudades de Colonia y Worms; los ojos de los viajeros resplandecían de admiración. EGWE 147.6
“Aproximadamente a mediodía pasamos por Worms, la bellísima y antigua ciudad que Lutero ligó en forma inseparable con la historia de la Reforma *, y de la cual salió la Biblia de Tyndale, el instrumento más poderoso de la Reforma en Inglaterra’.—Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 225; véase también Seguridad y Paz en el Conflicto de los Siglos, 155-181. EGWE 148.1
Finalmente, el 19 de noviembre, después de cuatro días de viaje, la Sra. de White y sus acompañantes regresaron a Basilea. Habían estado ausentes seis semanas y viajaron más de 4.000 km. EGWE 148.2