Elena G. de White en Europa

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Se extiende el período de sesiones

Cuando la Sra. de White co cluyó de hablar y la gente empezó a dar testimonios, muchos dijeron que podían comprender mejor ahora por qué no habían avanzado más rápidamente en su experiencia cristiana. Algunos presentes pidieron que las reuniones se extendieran una semana más. “Dijeron que las lecciones que estaban recibiendo de la Hna. White eran muy valiosas; que estaban aprendiendo mucho en los estudios bíblicos y en las clases acerca de la obra de los colportores”. Carta 23, 1885. Por lo tanto, el concilio acordó prolongar una semana esa rica fiesta espiritual y la valiosa instrucción práctica. Esa última semana fue un tiempo de prueba para algunos de los ministros presentes, según veremos más adelante. EGWE 86.2

“Cómo hacer frente a las tentaciones”, fue el tema de la predicación de Elena G. de White en el culto del miércoles de mañana. “La presunción es una tentación muy común”, señaló, y los que profesan seguir a Cristo demasiado a menudo “se precipitan, sin pensar, en tentaciones que requieren luego un milagro para que salgan de ellas sin mancilla. La meditación y la oración los hubieran preservado de esas tentaciones, instándolos a evitar la situación crítica y peligrosa en que se colocaron”.—Historical Sketches of the Foreign Missions of the Seventh Day Adventist, 133. EGWE 86.3

Pero, por más cuidadosa que sea la persona, las tentaciones llegan. EGWE 86.4

El cristiano tentado tiene el privilegio de unir su fuerza con la de Dios: “Tenemos el privilegio, en medio de nuestra gran debilidad, de aferrarnos de la fuerza del Todopoderoso. Si pensamos que podemos enfrentarnos al enemigo y vencerlo con nuestras propias fuerzas, nos chasquearemos”.—Ibid. 134. EGWE 87.1

Es esencial “avanzar diariamente en la edificación del carácter”. Pero la sierva de Dios nos advierte que esta tarea no será fácil. “Cuando tratamos de separarnos de nuestros hábitos pecaminosos, puede parecer a veces que nos estamos desgarrando; pero ésta es precisamente la obra que tenemos que hacer para crecer hasta la plena estatura de hombres y mujeres en Cristo Jesús”.—Ibid. 134, 135. EGWE 87.2

Finalmente, sólo los que ejerciten la fe pueden resistir la tentación. “Aferraos a Cristo y a sus méritos”, insta la sierva de Dios, y “él cumplirá todo lo que ha prometido”.—Ibid. 135. EGWE 87.3

Las decisiones del concilio se hicieron más definidas. Se acordó enviar a A. C. Bourdeau a Torre Pellice, Italia, y al joven Carlos Andrews a Battle Creek para que aprendiera más cabalmente las artes gráficas. Se elevó un pedido a la Asociación General para que enviara a Europa a un obrero alemán idóneo, y poco tiempo después llegó L. R. Conradi. Se presentaron y aceptaron varios nombres para distintos cargos y comisiones. Muchas de las decisiones se originaron en una consulta previa efectuada en la habitación de Elena G. de White antes de las reuniones. Pero en esa pequeña reunión surgió un tema crucial que no llegó a presentarse en la sesión. EGWE 87.4