Elena G. de White en Europa

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En el puerto de Liverpool

Había llegado la hora de embarcarse. El Ciudad de Roma llevaría a los viajeros* de regreso al hogar sin contratiempos. Dos años atrás ella contemplaba la posibilidad de emprender la aventura por Europa con algo de duda e inseguridad. Antes de partir para el Viejo Mundo, Dios le había revelado en una visión ciertas situaciones existentes entre los obreros y las incipientes instituciones europeas. EGWE 361.3

Pero ahora, todo eso formaba parte del pasado. Sus pensamientos al partir de Liverpool ya no eran expectantes sino más bien reflexivos. EGWE 361.4

Los progresos que se habían realizado en los ocho países que visitó, al trabajo sacrificado y abnegado de los obreros europeos y norteamericanos, y la buena disposición de los creyentes para escuchar y practicar los consejos del espíritu de profecía, produjeron gozo en su corazón y alabanza en sus labios. EGWE 361.5

Sus reflexiones acerca de la obra en Europa están bien expresadas en un artículo que apareció en la Review cuatro meses después que regresó a su país. “Después de permanecer dos años en Europa, no vemos motivos de que existan otros desánimos acerca del estado de la causa allí, que los que tuvimos cuando comenzó la obra en los distintos campos de Norteamérica”.—The Review and Herald, 6 de diciembre de 1887. EGWE 362.1

Ahora podía hablar por experiencia. Los dos años que pasó en Europa realizando visitas y predicaciones, dando enseñanza y consejos y observando lo que la rodeaba, la calificaron para presentar a los hermanos norteamericanos un informe fidedigno y positivo. Después de haber contribuido como pionera en la difusión del mensaje en los Estados Unidos, pudo participar en el desarrollo de las primeras iglesias e instituciones de Europa. EGWE 362.2