Elena G. de White en Europa
El regreso
A bordo del ciudad de Roma
Londres... Southampton... Wellingborough... Kettering... Grimsby... Birkenhead... Liverpool. Todas estas ciudades de la antigua Inglaterra, fueron las últimas que visitó Elena G. de White antes de abordar el vapor Ciudad de Roma, en Liverpool, el 3 de agosto. ¡Al fin estaban de regreso! Esos nombres quedarían ligados a su memoria mientras viviera. EGWE 360.1
A las once de la mañana llegaron a Liverpool. Allí se encontró con su nuera, María K. White y sus dos nietas, Ella y la pequeña Mabel, a las cuales hacía varios meses que no veía. Guillermo C. White quedó en Basilea para terminar algunos trabajos de último momento “que le exigieron especial atención”.—The Review and Herald, 5 de mayo de 1891. EGWE 360.2
En casa del Hno. Drew, en Liverpool, la Hna. White disfrutó de algunas horas muy agradables. Allí conoció a un hermano que había sido pastor de otra iglesia y había aceptado recientemente el sábado. Su apellido era Smith. “El ha sido ministro de la Iglesia Estatal y fue separado de ella por haber aceptado la doctrina de la inmortalidad del alma sólo a través de Cristo, de acuerdo con la Palabra de Dios”.—Ibid. Ella se alegró al ver avanzar en la luz a este honesto cristiano, e hizo lo que pudo por animarlo. EGWE 360.3
Sus extensos consejos acerca de la necesidad de alcanzar a los “ministros de otras iglesias” son sabios y sensatos: EGWE 361.1
“Tenemos una obra que hacer en favor de los ministros de otras iglesias. Dios desea que sean salvos. Ellos, al igual que nosotros, sólo pueden alcanzar la inmortalidad por medio de la fe y la obediencia. Debemos trabajar fervientemente por ellos a fin de que la obtengan. Dios quiere que participen en su obra especial para este tiempo. Desea que se encuentren entre los que dan alimento oportunamente a los de su casa. ¿Por qué no van a participar ellos también de esta obra?”—Testimonies for the Church 6:77, 78. EGWE 361.2