Elena G. de White en Europa

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El congreso se celebra en una isla

La ciudad de Moss estaba situada a unos 70 km al sur de Cristianía, y contaba con unos 8.000 habitantes en aquella época. O. A. Olsen había realizado allí algunas reuniones en una carpa en el mes de octubre y logró organizar un grupo de unos 30 miembros. Esta ciudad había sido elegida ahora como la sede del primer congreso adventista en Europa y del quinto concilio europeo que se realizó en la misma oportunidad. EGWE 344.5

Las reuniones se iban a celebrar al aire libre, entre los pinos de Bellevue Grove en la Isla de Jel*, que originalmente había sido una península de unos 8 km de largo por 6 y medio de ancho. Para alojar a Elena G. de White y a los pastores visitantes, se alquiló una casa ubicada en un terreno elevado que tenía vista al mar y a la ciudad. EGWE 345.1

Cuando la Sra. de White se levantó a las cuatro de la mañana siguiente para escribir, el sol ya brillaba en todo su esplendor. Los creyentes comenzaron a llegar de toda Escandinavia, y mientras todos se dedicaban activamente, ese viernes de mañana, a instalarse en las carpas levantadas para las familias, o a examinar las publicaciones que se exponían; la Sra. de White, acompañada por Jenny de Ings y la Sra. de Olsen, tomaron un coche hacia la ciudad. EGWE 345.2

El sábado de mañana habló durante la escuela sabática en la carpa principal, que medía 18 m x 24 m. EGWE 345.3

El congreso atrajo mucha atención, y el domingo un periodista del Morgenposten de Cristianía llegó al lugar de las reuniones. Aunque los periódicos de Cristianía publicaban los artículos escritos por el ministro luterano de Moss, atacando a los adventistas, el reportero que visitó el lugar del congreso quedó favorablemente impresionado. Escribió lo siguiente: EGWE 345.4

“Hasta donde sabemos, éste es el primer congreso celebrado en Europa al aire libre, pero en Norteamérica estas reuniones son muy comunes, y en Míchigan, donde los adventistas son muy numerosos, se reúnen entre 2.000 y 3.000 personas en esas ocasiones. Alquilan los terrenos, abren calles y asignan a cada persona un lugar en las carpas. Tienen un guía para las carpas, lo cual permite encontrar fácilmente a las personas. A pesar de ser un sitio temporario, está perfectamente organizado. Tenemos la impresión de que los ocupantes de estas carpas deben ser personas económicamente acomodadas”. EGWE 345.5

El artículo continuaba con un brillante informe de la obra adventista, no sólo en Escandinavia sino también en otras partes del mundo.* EGWE 346.1

Pero aun antes de que este amable artículo apareciera en el periódico, la Sra. de White se dio cuenta de que el congreso estaba alcanzando un éxito notable. Es probable que ella haya notado la presencia del periodista en los terrenos del congreso, porque con optimismo observó que las noticias de la reunión llegarían a toda Escandinavia. En su diario escribió lo siguiente: EGWE 346.2

“Muchos acudieron a estas reuniones con gran te mor y temblor. Pensaron que debía ser muy arriesgado vivir en carpas, pero cuando vieron los preparativos... no tuvieron nada que temer... El temor y el espanto por las reuniones al aire libre han sido eliminados y el camino está abierto para realizar otras concentraciones similares en estas regiones”.—Manuscrito 34, 1887. EGWE 346.3