A Fin de Conocerle

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Resultados del trabajo de Cristo, 29 de diciembre

Verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho; por su conocimiento justificará mi siervo justo a muchos, y llevará las iniquidades de ellos. Isaías 53:11. AFC 367.3

¿Qué sostuvo al Hijo de Dios en su vida de pruebas y sacrificios? Vio los resultados del trabajo de su alma y fue saciado. Mirando hacia la eternidad, contempló la felicidad de los que por su humillación obtuvieron el perdón y la vida eterna. Su oído captó la aclamación de los redimidos. Oyó a los salvos cantar el himno de Moisés y del Cordero.—Los Hechos de los Apóstoles, 431. AFC 367.4

“Porque de tal manera amó Dios al mundo, que ha dado a su Hijo unigénito, para que todo aquel que en él cree, no se pierda, mas tenga vida eterna”. Juan 3:16. En cada momento de la vida de Cristo en nuestro mundo, Dios estaba repitiendo su don. Cristo, el inmaculado, realizaba un sacrificio infinito por los pecadores, a fin de salvarlos. Fue varón de dolores, experimentado en quebrantos, y los que vino a salvar lo tuvieron por azotado, herido de Dios y abatido. Se puso en su mano la copa del sufrimiento, como si él fuera culpable, y la apuró hasta la última gota. Llevó el pecado del mundo hasta sus últimas amargas consecuencias... Nada puede medir ni computar la magnitud del amor manifestado en la cruz del Calvario... AFC 367.5

En cada aflicción soportada por el hijo vemos reflejada la angustia del Padre. El Padre mismo obró con la grandeza de su amor todopoderoso en bien de un mundo que perecía en el pecado. Mediante el sacrificio realizado, se puso ante cada hijo e hija de Adán el don de la vida eterna.—Carta 100, 1911. AFC 368.1

Los redimidos de Cristo son sus joyas, su tesoro precioso y peculiar. Serán “como piedras de diadema” (Zacarías 9:16), y “la riqueza de su gloria de su herencia en los santos”. Efesios 1:18. En ellos “verá el fruto de la aflicción de su alma, y quedará satisfecho”.—The Review and Herald, 22 de octubre de 1908. AFC 368.2